Poco se puede decir de esta obra tremenda
de Nietzsche, pues es un raudal de martillazos sobre la metafísica
cristiana. Esta se inició con Platón, pues hasta entonces la filosofía
griega era eminentemente una onto-teología: esto es una discusión del
ente y la divinidad, pero inmanentes a lo real. La tradición pitagórica
era un desajuste no griego, así como su teoría de la trasmigración de
las almas. Nietzsche tiene un capítulo para los trasmundanos, aquello
que han elaborado la falaz teoría de un mundo fuera de éste y los
cataloga como despreciadores de cuerpos. Nietzsche no va contra los que
no pueden entenderle, ni, por tanto, leerle: los cristianos de buena fe y
rebaño. Escribe para los menos, pero entre ellos a los pastores. Los
pastores si le entienden, entienden la voz de Zaratustra-Nietzsche en
cada una de sus expresiones demoledoras. Frases hirientes que encierran
verdades que hacen saltar en añicos las verdades tenidas como tales
desde el socratismo-platonismo. “El cuerpo creador se creó el espíritu
como una manos de su voluntad” ”! Yo no sigo vuestro camino,
despreciadores del cuerpo!,!Para mí no sois puente hacia el
superhombre!”. El superhombre es una superación del borrego, del animal
de rebaño, de aquel que necesita pastores, nos enseñará Nietzsche. El
superhombre que anuncia Zaratustra es aquel que crea sus propios
valores, ama la vida, los goces del cuerpo, y crea vida. El superhombre
no es un superhéroe: es un vibrante autor de sí mismo que no es regido
por ajenos. Y dice así: “Éste es mi bien, esto es lo que amo, así me
gusta todo, sólo así quiero el bien. No lo quiero como una ley de Dios.
Lo que yo amo es una virtud terrenal; no ningún indicador a
super-tierras y paraísos (pág. 47. Gredos)” ”En otro tiempo eran malas
la duda y al voluntad de sí mismo” esto que dice “perjudica a vuestros
buenos y justos, de decís ¡Más, que me importan a mi vuestros buenos y
justos! Muchas cosas de vuestros buenos y justos me causan repugnancia,
y, en cambio, no su mal” “En verdad quisiera que su demencia se llamara
verdad o fidelidad o justicia: pero ellos tienen su virtud para vivir
largo tiempo y en un deplorable bienestar”. Lo que hace Zaratustra es
atacar al hombre de rebaño, a esas personas débiles de carácter,
inferiores en voluntad: no fuertes. El superhombre es fuerte. Fuerte
para no dejarse engañar, ni engatusar. Fuerte para vivir y gozar en la
vida, y no esperar goces en otros lugares trasmundanos. “Valerosos,
despreocupados, burlones, violentos-así nos quiere la sabiduría: ella es
una mujer y ama solo a un guerrero.” Los dioses sobre los que se
asienta Nietzsche no es ese Dios platónico-mosaico, que detesta por
falso; es Dionisio: tan sólo creería en un dios que supiese bailar.
Dionisio es, para Nietzsche un símbolo de la vida; una legitimación del
amor a la vida, síntoma de salud espiritual y fortaleza física. Dionisio
y Shiva.
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