domingo, 16 de noviembre de 2014

MANDEMOS A PASEO EN ESTO A ARISTÓTELES

"No te he reservado, ¡oh Adán!, un puesto fijo ni una hechura propia, ni una misión determinada, para que de ese modo puedas instalarte en el sitio, adquirir la fisonomía y desempeñar la tarea que tú mismo elijas. A los demás seres les he asignado una naturaleza constreñida por las leyes que dicté para ellos, pero a ti te he dejado la definición de esa naturaleza de acuerdo con la libertad que te concedí. Te coloqué en una zona intermedia del mundo para que desde ahí pudieses contemplar con la mayor comodidad cuanto hay en él. Y no te concebí ni celestial ni terrenal para que, cual artista de tu ser, te esculpas de la forma que prefieras. Y de tu voluntad dependerá que te rebajes a los seres inferiores e irracionales o trates de elevarte y regenerarte en los superiores y próximos a la divinidad como los ángeles."

Pico de la Mirandolla. Sobre la dignidad del hombre. 2002, pág. 50-51




MANDEMOS A PASEO EN ESTO A ARISTÓTELES

En la célebre controversia de Valladolid sobre América de 1550, el traductor de Aristóteles Juan Ginés de Sepúlveda se apoyaba en la autoridad del filósofo para conceder a los españoles la potestad de esclavizar a los indios tenidos desde la metrópoli por “barbaros” (a lo que un irritado fray Bartolomé de las Casas replicaría con un “mandemos a paseo en esto a Aristóteles ”


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