domingo, 23 de noviembre de 2014

Escritos políticos. 2. Sobre colonialismo, Vietnam e Israel. Jean Paul Sartre





Alianza Editorial


Terminó: las bocas se abrieron solas; las voces amarillas y negras hablaban aún de nuestro humanismo, pero era para reprocharnos nuestra humanidad

¿Cómo? ¿Hablaban solos?

El sistema funciona en base a la sobreexplotación

Prólogo a “Los condenados de la Tierra” de Fratz Fannon


Este volumen representa una muestra muy representativa de escritos políticos de Jean Paul Sartre, publicados como artículos en revistas como Les Temps Modernes o similares Algunos de ellos pueden ser considerados como obras maestras, en los que destacaría “El colonialismo es un sistema” (pág. 23), “Retrato del colonizado” (Pág. 39.), o el prólogo a “Los condenados de la Tierra, de Frantz Fannon (pág. 69), así como escritos muy importantes sobre el tribunal Russell y la condena de la intervención de Estados Unidos en Vietnam, el problema palestino y unos escritos sobre España, “El fin de la esperanza” y “el proceso de Burgos”. En fin, todos estos textos son una prueba de la calidad literaria de los escritos sartrianos, así como de la firmeza y compromiso político de su pensamiento. Muy crítico para con la burguesía y la hipocresía de la clase media, justificadora de asesinatos horrendos, y que tuercen el gesto ante las barbaridades que sobre la tierra se ejercen para fundamentar su bienestar, todos estos escritos son una bofetada. Sartre es un intelectual comprometido que no es ajeno a lo que ocurre en el mundo: de hecho, Sartre encarnará el papel de intelectual cuya función será ese “pensar el presente” del que hablaba Hegel, porque la libertad y la responsabilidad son fundamentales en cada persona: más si cabe en el intelectual comprometido; la injusticia es deber inexcusable de ser conocida y de ser denunciada, y los que más saben, sus epígonos. De ahí el “Tribunal Russell” para denunciar los crímenes de guerra cometidos por EEUU; o su análisis del colonialismo y la brutal y descarada acción de las burguesías occidentales sobre la población de países del entonces llamado “tercer mundo”. El “tercer mundo” era el lugar donde se estaban desarrollando las guerras calientes dentro de la guerra fría: Latinoamérica, África, el mundo árabe, Asia, por intereses espureos económicos. Y la escritura de Sartre es una escritura de denuncia.  “No hace mucho tiempo, la tierra contaba con dos mil millones de habitantes, o sea, quinientos millones de hombres y mil quinientos millones de indígenas. Los primeros disponían el Verbo, y los otros lo tomaban prestado. Entre ellos y unos servían uno reyezuelos vendidos, una falsa burguesía compuesta de pies a cabeza. En las colonias la verdad se mostraba al desnudo; las metrópolis las preferían vestidas; necesitaban que el indígena les amase. En cierto modo, como unas madres. La élite europea se dedicó a crear el indígena de élite; se elegía a unos adolescentes, se les gravaba en la frente, con hierro candente, los principios de la cultura occidental y se les metían en la boca mordazas sonoras, grandes palabras pastosas que se les pegaban a los dientes; después de una breve permanencia en la metrópoli, se les devolvía a su país falsificados. Esas mentiras vivientes no tenían nada que decir a sus hermanos; resonaban, de París, de Londres o de Ámsterdam lanzábamos las palabras ¡Partenón!!Fraternidad! y, en algún lugar de África se abrían: “…tenón””…nidad”. Era la edad de oro”; “A los administradores coloniales no se les paga para que lean a Hegel, de modo que lo leen muy poco, pero tienen necesidad de ese filósofo para saber que las conciencias desdichadas se enredan en sus contradicciones.” 


No hay comentarios: