martes, 18 de noviembre de 2014

EL CONCILIO DE TRENTO: LA CONTRAREFORMA COMO UN CONTRAHUMANISMO. UNA INTRODUCCIÓN A LOS DEBATES TEOLOGALES EN ALCALÁ DE HENARES.




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El catolicismo apostólico y romano que ahora vivimos es una más de las posibilidades con el cual el cristianismo evolucionó. Y una más de las posibilidades, tal vez la mas atroz y oscura, de como el cristianismo podría desarrollarse en tierra hispanas. La imaginería, las procesiones sanguinolentas, el culto a la virgen, los sacramentos –como el del matrimonio- se dispusieron en el periodo de 1545 a 1563. Los dogmas, ritos y estructura del catolicismo fueron fijados por un concilio ecuménico celebrado en Trento, y que reunió a numerosos teólogos y miembros del clero. Jesucristo tuvo poco que decir en él, y mucho menos lo que se denominaba «philosophia Christi». Un modelo de Reforma cristiana que había cundido en España bajo las enseñanzas de Erasmo de Rotterdam. Es sorprendente que en ¡ En la Historia de la Filosofía del padre dominico Guillermo Fraile, vol. III, (la que estudian en los seminarios) me encuentro, tan solo, dos páginas sobre lo que significó el erasmismo en España y lo que significó el humanismo cristiano y la reforma! . Sin embargo, la obra de Erasmo es fundamental para entender  dos obras maestras de la literatura española: El Quijote y el Lazarillo de Tormes. Sin el erasmismo de Cervantes, ni el erasmismo del autor anónimo, estas obras no son entendibles, ni tampoco del porqué y el cómo del humanismo español. Hace falta una labor genealógica para descubrir las esencias de lo español, pues el silencio ha velado su significado: pasear por las calles de Alcalá de Henares y descubrir el modelo urbano se convierte en fundamental para encontrar los rastros de ese pasado que se oculta en intereses muy poderosos. En el humanismo cristiano de Erasmo: “Se ensaya un método nuevo de defensa del cristianismo frente a sus enemigos. Se proponen las estrategias de lucha: el conocimiento y seguimiento de Cristo como Maestro y Capitán, la lectura y la experiencia de la Escritura Sagrada y la oración personal. El Enquiridion, concebido como manual de doctrina y método de defensa del cristiano de a pie, descubre la «philosophia Christi», lo que es el cristianismo, e invita a vivirlo en su verdadera esencia. Hay un cristianismo exterior de prácticas añadidas que se ha de superar para llegar a un cristianismo interior”. De todo esto: nones. El concilio de Trento fue el centro de la llamada “Contrareforma”. Por Reforma, en sentido contrario, se entiende el humanismo cristiano que en España estuvo representado por la labor de Cisneros, y la creación de la Universidad de Alcalá de Henares, la búsqueda de los padres de la iglesia y de la investigación filológica de la Biblia. Por ello se abre el colegio trilingüe, con el objeto de estudiar los textos en los cuales está escrita: griego y hebreo; además del Latín, con la cual estaba escrita la vulgata de San Jerónimo. Sin embargo, en España se convierte en poderosa una visión teologal posterior que configurará el catolicismo en España de un modo brutal y que explicará su atraso. Menéndez Pidal escribirá un libro sobre los “heterodoxos españoles”: son éstos, atinamos más, los erasmistas. Hasta que Marcel Bataillón el hispanista francés publica su obra no seremos conscientes de ello. España tiene un punto central en la modernidad y se está debatiendo en un modelo teológico que exportar a nuevo mundo encontrado por la cristiandad. Y lo que hace es retrotraerse y organizar una institución al efecto; una organización conquistadora, que requiere de una tremenda jerarquía, para arrumbarse una misión: cristianizar un mundo nuevo. Y aquí empezará un catolicismo que diferenciará al cristianismo -luterano, calvinista y  anglicano-  del norte de Europa. En el cristianismo español –porque español es el concilio de Trento, aunque se celebre en Italia- se caracterizará por imponer un modelo de centralización de Poder para una parte de los cristianos – una parte del cristianismo que representará el atraso en lo que Max Weber llamó el “espíritu del capitalismo” y que hará que España pierda la centralidad de la historia en las revoluciones burguesas del siglo XVI- . La idea de la salvación del ser humano tanto por la fe como por las buenas obras. Con lo cual, no le será necesario al cristiano triunfar en la vida, como al calvinista o al luterano: con tener fe, le bastará.  La consideración de la presencia real de Cristo en el sacramento de la Eucaristía, que es un invento de Trento. La acumulación de los altos cargos en la jerarquía eclesiástica. La Vulgata de San Jerónimo como texto oficial de la Biblia y la interpretación de las Sagradas Escrituras reservada a la Iglesia católica. Lo que explicará el atraso educativo en España desde entonces. Mientras en Europa la población leía los textos sagrados completos como deber, aquí la lectura solo la hacía el clero y, además, en el peor de los textos posibles: un texto latino y con muchas incorrecciones. La sistematización de las ceremonias litúrgicas, dando más poder al clero sobre las conciencias. Así como la veneración a la Virgen y a los santos, algo característico desde entonces, que no de antes. Y lógicamente, la creación de seminarios diocesanos para nutrir una casta sacerdotal que tiene como misión interpretar la “verdadera” palabra de Cristo y, por tanto, de la salvación. Lo que Foucault “llamó el Poder pastoral”: como un apoderamiento de la subjetividad, es lo que se multiplicó en el catolicismo español. En definitiva: un contra-humanismo.

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