La lucha de miles de opositores tratando de entrar a formar parte de la
adminsitración pública no es solo por "la seguridad" en el puesto de
trabajo. Es el sitio donde las relaciones de trabajo humano dependiente y
productivo (socialmente necesario) conllevan una menor apropiación de
valor por un ajeno.
VII
VII
“La plus-valía no puede surgir de
la circulación (…); ¿Puede proceder la plusvalía de algún lugar que no sea la
circulación?” (Pág. 117). Aquí Marx está a punto de indicar cuál es el secreto
misterioso que se oculta detrás de la economía política. Marx sigue a pies
juntillas la Lógica de Hegel, y como había señalado en los Grudrisse, la
economía trata de ir del nivel más cercano de abstracción, la mercancía, hacia
el nivel más elevado de concreción: el recipiente donde se contiene y la ley
inmanente o arché: principio fundante. Toda la economía y el motor de la
sociedad moderna es una serie de determinaciones determinadas determinantes,
que se influyen entre sí, y que queda reflejada en circulaciones. Para el
pensamiento de Marx la vida es circulación de sangre. Una frase que hay más atrás es
elocuente para retener las categorías (determinaciones) con las que trabaja
Marx. “El diezmo que hay que entregar al cura es más caro que la bendición de
éste”; para Marx el trabajo productivo es la vida que se nos va para generar
vida y reproducción de vida. En las sociedades no equivalenciales siempre el
diezmo que se entrega es más que lo recibido. Se organizan circulaciones de
vida subjetivada, trabajo, en ficciones de cobro y pago: Fiduciarias (se confía
que el sistema es justo y no un invento humano de raíces históricas y que se
sustenta en un invento). Otro elemento para comprender El Capital es que Marx
lo que hace es un estudio sincrónico de los estudios económicos (categorías de
“tiempo todo”) y no históricas o diacrónicas (salvo quizá para explicar la
acumulación originaria). En la parte 3 de la sección segunda sobre la
conversión de dinero en capital se entre en el meollo de las determinaciones
categoriales: Compra y venta de la fuerza de trabajo (pág. 119). “La alteración
de valor de dinero que se ha de convertir en capital no puede ocurrir en ese
dinero mismo, pues éste, como medio de compra y como medio de pago se limita
realizar el precio de la mercancía que compra y paga (…) que es un petrificado
de valor inmutable”. Recordar, no hay que cansarse en repetirlo, que valor para
Marx es igual a vida que sirve para regenerar vida y que se queda pegada a las
cosas. El diamante no tiene más valor que el trabajo social necesario para
extraerlo y darle bellas formas. Por ello “valor” y “precio” son cosas
diferentes, porque el valor de cambio parece cosa del azar y puramente relativa
(mercado). El diamante es un bello objeto que en el cuello sirve de bello
adorno, y que por su escasez tiene un alto precio; pero valor tiene el valor
del trabajo humano en el agregado: Por qué: porque lo que hay de valor siempre
es la vida. Así de simple. El misterio se encuentra dentro de la esfera de
circulación de mercancías: el poseedor de dinero encuentra en el mercado una
mercancía específica creadora de valor: la capacidad humana de trabajo. El
trabajo es la única mercancía que genera valor. Se entiende por ella “las
capacidades físicas e intelectuales (pág. 119) que existen en la corporeidad
viva de un ser humano”. “El poseedor de dinero encuentra en el mercado, como
mercancía”. La OIT dijo que el trabajo no es una mercancía en su intento de
juridificarlo. Pero ¿Es cierto ello o no? Es algo adherido al humano que se
vende: es vida, inteligencia, sudor y músculo que se vende por tiempo
determinado y al que se le somete a órdenes y disciplina (trabajo determinado
como objeto). Por mucho que la OIT considere que el trabajo no es una mercancía,
casi todos los ordenamientos jurídicos ius-civilistas patrimoniales –de donde
nace el derecho del trabajo- consideran el trabajo objeto del contrato de
trabajo. Así que mucho cuidado con los conceptos. El trabajo asalariado, como
forma generalizada, es una construcción histórica de recientísima creación. En
generaciones ha calado pronto que “la naturaleza” de la sociedad se constituye
por trabajo asalariado. Pero cuando Marx escribe los primeros manuscritos
estudiando la realidad social del trabajo, en 1844, era una novedad
recientísima. No pensemos que eso de trabajar mediante una cesión de
trabajo a cambio de salario es de “toda la vida”. Sino de hace, históricamente,
un suspiro: Desde el siglo XIX, y en Inglaterra desde el XVII con el inicio de
la producción fabril. Pues el equívoco
es entener todo esto del capital y el trabajo asalariado como algo “natural”. El desconocimiento de la Filosofía y de su historia es clave para enteder-desentender esto. Por eso ha llegado el punto que va a quedar desarticulada.
Aunque lo adelante, en el Cap. 24 Libro I dice Marx: “En el curso de la producción
capitalista se desarrolla una clase trabajadora que por educación, tradición y
costumbre reconoce como leyes naturales evidentes las exigencias de ese modo de
producción”. Lo metafísico de la compra
de trabajo se encuentra en que bajo el disfraz de esa relación social que se
establece entre dos sujetos es que uno de los sujetos es el portador de la
creación de valor de las cosas. Ciertamente el “poder de organización”,
gestión, burocracia es también trabajo y generan valor que se adhiere a las mercancías.
La separación categorial se establece en que unos sujetos tienen como fin “valorizar
el valor”, para apropiarse de él, y otros entregar valor a cambio de salario. La
ficción se establece en que el Dinero (ya sabido como dinero fiduciario,
ficción pues) nunca paga ese valor, porque el dinero es nominal siempre. Es
monetarista. Las claves son categorías determinadas determinantes (sujetos de
dinero que quieren generar dinero, pero que como el dinero es ficción se
encubre otra realidad: sujetos que tratan de valorizar el valor porque el
objetivo último es la apropiación de ese valor, de ese excedente. La lucha de miles de opositores tratando de entrar a formar parte de la adminsitración pública no es solo por "la seguridad" en el puesto de trabajo. Es el sitio donde las relaciones de trabajo humano dependiente y productivo (socialmente necesario) conllevan una menor apropiación de valor por un ajeno. Es por ello que "la mentalidad captalista" abogue por su destrucción. Y al tiempo que lo conseguirá si se lo propone y no se intenta detener, porque está en su ley natural e inmanente se encuentra la apropiación del excedente producido por el trabajo humano. Estas son las categoría del pensar que ofrece el pensamiento filosófico de Marx para entender lo real. Y porqué Marx afirma que el pesar, saber, ya es transformar y que explica porqué la filosofía de Marx es una filosofía de la práxis.
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