lunes, 28 de abril de 2008

¿Qué es ser liberal?: la vieja carraca de los obispos buscando otro son.


Vengo dando la matraca farandulera ya no sobre el viejo concepto decimonónico del liberalismo si no, más bien, sobre el adjetivo espiritual de “liberal” aplicado a las personas “individuales”. Entrecomillo estas palabras no por razones superfluas. Pero es que la empanada que se están comiendo en los diarios conservadores, en especial ABC, que, a fin de cuentas, es casi el único que merece alguna credibilidad y respeto, no se porqué – yo creo que, quizá, sea porque llevo leyéndolo, junto con el El País, desde que tenía quince años-, está siendo formidable y añadiría que pasmosa. Antes de las elecciones no había un alma, quizá excepto yo, que hablase del término; pero como se han dado de bruces con una derrota electoral andan buscando cascabeles y gatos, y, lo que es peor, que no saben si el cascabel es campanillo ni el número de patas que tiene un gato son tres o cuatro. Lo que si veo de seguro es que, cada dos por tres, el ABC se desayuna con una columna o editorial a tanto de lo liberal: te deum laudamos. La vieja carraca de los obispos buscando otro son. Sentemos las bases de una vez, al menos, para los políticos que me leen y empiecen a reflexionar, sea por una vez, de algo: Gregorio Marañón era liberal; y añado aquí un párrafo para que ustedes se den cuenta, más que nada, de como habla un señor liberal: vayan aprendiendo, señores del ABC, que creo que andan tan perdidos como muchos en sus bases. A ver si, que a mi me parece que no, este párrafo que suelta Marañón se parece en algo a los que, de aquí hace nada, salían a las calle defendiendo la familia y enarbolando la bandera de un españolismo tan rancio, foclórico de fino moldeado, como carpetovetónico. Como para que traten ahora de mantener argumento de liberal, como hace las FAES, y que no ha sido, hasta ahora, más que la inveterada actitud consuetudinaria de la Derecha española de mover los cencerros. Aquí va: “Las gentes timoratas- algunas muy respetables- que tiemblan ante la imaginaria desaparición de la familia, porque las costumbre del hogar cambian y los Gobiernos, como ahora en España, incluyen el divorcio entre sus leyes, olvidan que la columna vertebral del progreso humano está fundamentalmente vinculada a este otro progreso de la pareja sexual y, por lo tanto, de la vida familiar. Ésta perderá, sin duda –o acabará de perder- su solemne estructura patriarcal y se convertirá en algo más elástico y ligero. Pero el creer que va a anularse es tan pueril como suponer que una casa va a hundirse porque se tiren por la ventana los trastos viejos y se substituyan por otros, nuevos y simples; que, a la larga, acaban por encontrarse más cómodos. El miedo de la sociedad pacata a que desaparezca la familia y se hunda el mundo cada vez que éste da un estirón (una revolución) esa tan antiguo como la creencia de la venida del Anticristo, del fin del Universo etc. Leyendo el estudio sobre Rosseau, en los Essais critiques de Amiel, recordábamos que una de las preocupaciones del gran revolucionario del siglo XVII era, precisamente, el peligro en que, según él, se encontraba la sociedad, porque, decía, “la familia está comprometida, no existe vida doméstica verdadera, la galantería es una práctica universal y casi un honor el adulterio”. Ahora, casi dos siglos después, nuestros obispos católicos se lamentan de lo mismo y con las mismas palabras que el pensador ginebrino. Ni entonces ni ahora, ni nunca le pasará nada fundamental a la familia” (Marañón dixit 1932, en Amiel, un estudio sobre la timidez). El caso es que los obispos de 2007 siguen dándole a la pianola per seaca saecolorum:!tamborilero toque usted otro son! Pero como no andan muy convencidos tienen que buscar a columnistas que les expliquen los términos, pues ven que las izquierdas les han tumbado una vez más y algo debe pasar que no terminan de entender muy bien. Benino Pendás, profesor de Historia de las ideas Políticas, les da una clase magistral y les dice hoy en la Tercera del ABC lo siguiente: “Sí, pero no olvide usted la pregunta reiterada: ¿qué es ser liberal? Vamos con las señas de identidad. A día de hoy, significa adoptar criterios de centro-derecha, esto es, moderación sin extremismo; preferencia del orden espontáneo sobre la ineficacia estatal; confianza en los individuos libres e iguales y desprecio de la tribu y sus discursos identitarios; tolerancia y respeto hacia el adversario; buen estilo en las formas y austeridad en los contenidos; creencia en el valor moral de la libertad y el imperio de la ley; escepticismo sobre los dogmas que quieren «obligarnos a ser libres». Piense el lector si cumple estos requisitos. De lo contrario, debería reflexionar. No obstante, puede quedarse tranquilo: tampoco son liberales unos cuantos que dicen serlo. ¿Hay algún libro recomendable? Cuidado con los títulos envenenados. Dos obras bajo el rótulo «liberalismo» pueden decir con toda naturalidad cosas contradictorias. Comparen a David Boaz, recién editado por FAES, con John Gray, publicado hace mucho por Alianza. El primero es liberal de verdad; el otro utiliza en vano ese nombre prestigioso, como es frecuente por lo demás en los Estados Unidos. Allí, como saben, llaman liberales a los socialdemócratas, aunque algo conservan de su ilustre progenie: sus rivales son los comunitaristas y los nuevos republicanos. (Y ya comprenden que hablo de filósofos, y no de candidatos presidenciales). Un buen tema para que lo estudien en la fundación del PSOE y aprendan a ser coherentes.” Yo añado en sentido contrario que, mejor, lo estudien en el PP. Muy buena ha sido, por otra parte y por señalar algo, la de "piénsese el lector si cumple estos requisitos": mejor que lo piensen los de las FAES que ahí están abrazando un "liberalismo" calvinista en lo económico tan solo, pero en todo lo demás: cencerros. Esta organización está liderada, entre otros, por un señor ex-presidente, que pertenecía en su juventud a la asociación falangista de la UCM: habla de liberalismo, para lo que les interesa, pero, para nada, saca la aristocracia intelectual, el porte honorable y la distinguida actitud moral que un aunténtico liberal posee. A lo más, sale, y no crean que a hurtadillas ni nada, sino a las bravas, el baturro de turno hablando de camareros fetén y serviciales que, a él mismo, le dan mil vueltas: en lo profesional, en lo humano y, hasta, en lo liberal.No he leído el libro de David Boaz, pero estoy seguro que no llega a Marañón a la altura de las suelas y dudo mucho que este autor sea “liberal”, perteneciendo a las FAES, del mismo modo a que lo era nuestro más insigne médico humanista: Y es ya estoy cansado, aburrido y corrido de tanta incuria como abunda, de veras. Para mucho me daría el tema, pero no quiero cansar al personal. Sin embargo, mucho me temo que esto de querer abrazar la derecha el liberalismo puede ser como lo que ocurrió tras la segunda victoria electoral de Aznar: Cuando acudieron en tropel los antiguos con la enciclopedia Álvarez bajo el brazo, los nacionalcatólicos, la curia, los nostálgicos del cara al sol, y de Pepe Pinto y el Mariamanuela me escuchas que yo de vestidos no entiendo, a copar los puestos eventuales en las administraciones y en la TVE. Y sino, lean en la misma edición la columna de Juan Manuel de Prada de ese mismo día y el Matrix progre. No me extraña que el partido de Rosa Díez UPyD esté acogiendo a un buen número de disidentes liberales en un partido, creo que el único, hecha para una horma de hombres y mujeres que de hecho así se sientan: veo que mis amigos de la tertulia política ya van hilando más fino. Y es que, no se dan cuenta estos señores carpetovetónicos de la derecha, que el "liberalismo" es un cosa, que les duela o no, que traído a colación hoy en día es recalificarlo con el sufijo neo-, por corresponder a ideologías vetustas con nuevos predicamientos referidos, sin más, al tintineante pecunio cayendo en las arcas de los de siempre; sin embargo, el calificativo de "liberal" añadido a persona, se refiere, más bien, a una actitud moral extraordinaria, digna, tan solo, de unos pocos elegidos: aristócratas que lo son, simplemente, por ser mejores.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Hola Jake, gracias por tu visita. Tuve un problema con tu comentario, quise publicarlo y debí confundirme, creo que se perdió. Los siento.
He leído tu entada y , aunque larga, estoy de acuerdo con casi todo lo dicho.
Me ha parecido muy interesante tus datos personales, muy afines a los míos, en cuanto al laicismo, a la defensa de la enseñanza pública y otros aspectos.
Viendo tu perfil, tenemos en común el gusto por un mismo tipo de cine y algún que otro libro... además del Valle (yo soy de El Torno) aunque no vivo en el Valle ,pero lo visito.
Te seguiré leyendo.
p.d. Te recomiendo una entrada , creo que es de Febrero, titulada "CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO, AMIGO SANCHO". En mi blog te espera...
Besos.
Estaré unos días ausente, pero retomaré el blog tras el puente de mayo

paredes dijo...

Date una vuelta por Red Liberal, y verás que clase de "libegales" tenemos por estos pagos.Según te he leído a tí, están en tus antípodas estos elementos.Para ellos Ortega era un rojo masón.
La derecha no tiene escrúpulos en usar cualquier terminología para conseguir sus objetivos:el poder.