miércoles, 23 de abril de 2008

Empanada liberal: perdón por un cariñoso denuesto


Como andan las cosas por el partido de la Derecha: ya he venido yo repitiéndolo como un Robinson Buñuelesco: llamaba a Dios, le buscaba por los descampados y los áridos recovecos y, tan solo, me encontraba con el eco reverberante repetido que chocaba contra las lomas fronteras. Les llevo diciendo yo a mis amigos de tertulia política (me meto en cada berenjenal), hablándoles de liberalismo y de “liberal” desde hace ya algunos meses, y va, y resulta, que ahora aparece por los periódicos estólidos de hoy en día, léase ABC. Periódico que hace unos meses era una maravilla leerle, y que, ahora, cuando ha vuelto para con el Concilio, se andan haciendo banderas con el viejo y vetusto “liberalismo”: hasta hace poco las banderas que se sacaban eran, tan solo, las salmantinas y ¡Olé!: no tenían más chicha. Y, ahora, repito, al leer a los columnistas y comentadores varios de nuestros periódicos más suculentos, se está dando la matraca al concepto; hasta se habla de Don Gregorio Marañón: Hombre, ¡por fin! Hasta las editoriales de hoy de aquél periódico que Eduardo Dato trató de dar ventaja en una liberal “intervención” estatal para perjudicar a el Imparcial o a el Liberal, dirigido por el suegro de Marañón, pero en especial al añorado diario el Sol; editoriales de aquél periódico, repito, que hoy el día anda con el run-run del liberalismo como si hubieran despertado de un sueño, no si sé si dogmático, pero rancio, un rato largo. Leía yo hace unos meses durante la campaña electoral los editoriales de estos periódicos y, la verdad, eran para mear y no echar gota - creo que un análisis más profundo ya le he hecho en artículo cercano a éste- sobre la clara postura inequívoca sobre la Derecha y el contenido inamovible de su postura secular invariable. Sin embargo, agradezcámoslo, ahora nos situamos en la empanada liberal: acabásemos. La empanada es gorda: los dirigentes populares, como he leído, se reparten entre “el liberalismo social” y “la socialdemocracia liberal”, mientras algunos otros dirigentes locales, hombres a quienes admiro, no saben por donde se andan, más perdidos, con respeto, que un zapato bajo la cama, haciendo chistes entre carlistas y liberales. Se armó la empanada: lo predije ¿Verdad?. Pues sí: Gregorio Marañón era liberal, como liberal era Ortega y Gasset; no así Unamuno, que en su juventud abrazó el socialismo para después agarrarse a la reflexión teológica existencial, tras leer a Spencer, y que casi podríamos decir que él abrió como nueva senda en el ensayo filosófico español, así como su postura casticista; postura que le valió un enconado debate con Gassett, aunque esto es otro tema más interesante. En fin, eso es lo de menos, como digo: liberales luminosos son esos dos primores de las Ciencias y las Letras que yo he referido más arriba: Marañón y Ortega. Sin embargo, señores que me leen, en una carta que remitió Marañón a Unamuno le espetó, sin más ni más, el largo peligro que corrían los tiempos venideros porque sonaban los cencerros de la “Derecha cerril”. Sí, sí, como lo oyen, Marañón, ese encumbrado Liberal y admirado, huelga decir, por mí (estoy leyendo un ensayo de Marañón sobre Don Juan en estos precisos momentos), decía, a sí, a las claras, lo repito porque me causa placer: “Derecha cerril”, cencerreante, tolón, tolón. Vamos que no soy yo: que conste. Y es que, ahora, repito una vez más, tratan de sacar la bandera del liberalismo tal y como yo les llevaba señalando hace mucho, cuando ellos lanzaban el sombrero de Rafael Farina, las banderas salmantinas pisoteadas en las aguas encharcadas tras el éxtasis de la bandolera, y, siguiendo con los Toros, el “Salamanca tierra mía”. No se lo tomen a insulto, de veras, es más bien un tironcillo de orejas cariñoso: como si sacara mi mano de la membrana endoplasmatica de mi PC –no crean que me copio de Ortega, es que me viene como anillo al dedo – para darles un sonado, pero cariñoso, cachete. Vamos, vamos: lea usted un poco más. Es cierto que algunas veces me puedo mostrar iracundo con mi verbo y me enciendo como una tea ante personas que no se lo merecen; y es cierto, también, pueden ser muchos los denuestos que se pueden lanzar cuando, en verdad, son verdades como roscas y que a muchos les causa zozobra y cara de pocos amigos para cuando me ven: pero es que, amigos míos –si lo quieren ser- que me lean, lo de “derecha cerril” no lo he dicho yo sino más altos señores. Es cierto que no todos son así y que ustedes, precisamente, no son de ese lugar de donde suenan los cencerros, por eso no se den por aludidos: no en vano, se está poniendo en el horno microondas la “empanada liberal”, que con orgullo digo que yo predije hace más de un lustro.


Releyendo a Marañón

http://www.abc.es/20080423/opinion-firmas/releyendo-maranon_200804230248.html

vuelve la burra al centro:

http://www.abc.es/20080423/opinion-firmas/vuelve-burra-centro_200804230248.html

El liberalismo no es pecado:
http://www.abc.es/20080423/opinion-editorial/liberalismo-pecado_200804230248.html



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