Sabidos son algunos de los argumentos que presenta la Derecha. Un día, hablando con un importante señor político, formado entre los tensos debates del corro - donde todos piensan lo mismo- , me espetó tales aseveraciones con la enjundia digna, no de quien haya de dirigir ayuntamientos, sino la de un taxista que pasa todo el día enganchado a la cadena COPE, como a mi me pareció que hacía. En fin los argumentos que me dió fueron éstos (he intentado arreglar algo la sintaxis del texto, pera hacerlo más conprensible, pero no he modificado el estilo):
“ porque el que aseguró las pensiones y su revalorizacion por LEY, para que fuera un derecho y no una ocurrencia hoy, mañana una promesa, y al día siguiente una de compra de votos, luego mañana una compras de votos: para meter el cuerpo en la gente que los otros se la van a quitar: fue el PP, con el PACTO DE TOLEDO, quien aseguro las pensiones y su revalorizacion. Y tú sabes bien y analiza las Autonomías donde gobiernan unos y otros y vemos que Autonomías están mas atrasadas o mas prosperas, incluyendo Cataluña y País Vasco que casi hasta ahora, han estado gobernadas por CIU Y PNV, compartirás conmigo que son de Derechas los dos.
Sabias que para pagar las pensiones de Diciembre de 1996, hubo que pedir un préstamo, porque el Sr Solbes no dejo ni una peseta, y no se si por tu juventud, recuerdas cuando el Sr, Solbes ministro de economía actual, decía que el sistema de pensiones se iba a pique y que nos fuéramos haciendo el plan de pensiones privados.
Sobre la ley de dependencia: para que queremos una ley, si no la dotamos económicamente”
A lo que yo le di cumplida respuesta:
En primer lugar quiero señalar mi placer en debatir contigo estos asuntos, pues sabes que me gusta el debate en general (el debate político me gusta menos, pero quitando el fútbol, casi no se puede debatir de otra cosa). En fin, que hace unos días leí una columna del “diario Hoy” escrita por una representante del Patido Popular en Extremadura hablando sobre la ley de dependencia y he de decirte que compartía al 100 % los argumentos que ella daba: no tanto por los problemas de financiación, o de dinero, que no los hay, como por la falta de ganas (y de capacidades) de las Comunidades Autónomas para ponerlas en marcha. Para poner la mano en forma de cazo estuvieron de acuerdo todas: ahora bien, para ponerla en marcha se están haciendo los remolones en la hora de cumplir las obligaciones que la ley les ordena. Las recetas y recomendaciones que se expresan en el pacto de Toledo no nacieron por generación espontánea de unos cuantos políticos en 1995. En 1993, te diré, como jurista que soy especializado en esta materia, que ya eran propuestas del todo consolidadas por la doctrina científica. El Pacto llegó a buen puerto gracias a que los partidos políticos optaron por el cumplimiento del compromiso de fondo, asumido por todos, de no cambiar nuestro sistema de reparto por otro de capitalización. Y era precisamente esto, lo que más molestó a los que desde influyentes sectores financieros: estaban ansiosos que se produjera, simultáneamente a la alternancia en el Poder, el cambio radical de modelo. No es de extrañar que les pusiera furiosos un acuerdo de reformas en el modelo en lugar del cambio radical que venían defendiendo. Y no debe extrañar que el compromiso compartido de mantener el sistema público de pensiones sea precisamente el principal argumento que puede llevar a definir el pacto como un gran éxito de los políticos y de la autonomía de la política en la definición del bien común. La iniciativa de los Pactos de Toledo, iniciada con el PSOE en el Poder, y las propuestas en ellas adoptadas, como el de revalorizar las pensiones, no es una medalla que pueda ser colocada por ningún partido en concreto. Yo por aquella épocas escuchaba los debates de la noche de radio-intereconomía y como los popes financieros de la Derecha, el celebérrimo José Barea o el propio Pizarro como ejemplo, propugnaban que el sistema español fuese esencialmente de capitalización y privado: una asistencia mínima para los más necesitados, como ocurre en los sistemas Bedveridgianos. Que las regiones donde gobierna la derecha sean más prosperas no es una variable directa relacionada con el partido que gobierne, si no con características seculares de la industrialización española que concentró inversiones de Capital en determinados territorios. En Castilla León, si no me equivoco, gobierna el Partido Popular y a mí no me parece una Comunidad más prospera ni que se viva mejor que en Extremadura (que es, por otro lado, subjetivamente la región que mejor calidad de vida tiene en toda España). No es un problema de juventud sino de saber o no saber, esa es la diferencia, y si conocemos bien el contenido de los pactos de Toledo, como yo los conozco (tengo encima de mi mesa el libro publicado por la editoral Técnos de Jose Manuel Cabanillas Bermúdez, sobre los Pactos de Toledo, y no es usual que alguien suela tener este libro en su biblioteca) no me harías el mismo latiguillo que lanzó Pizarro a Solbes sobre el préstamo para mantener la Seguridad Social en pie. En especial porque los problemas que tenía España en esos momentos en política económica eran los de cumplir los requisitos de convergencia europea en determinados datos de la coyuntura económica y que pedían a España controlar la Inflación a costa de desempleo. Teniendo en cuenta que el sistema de la Seguridad Social es un sistema de reparto, y no de capitalización, lo que hubo fue no un problema de quiebra, pues los activos de la Seguridad Social eran mayores a su pasivo, si no un problema de cash-flow, de caja, de acometer los pagos a corto. No dudo que el Sr. Solbes anduviera preocupado por cumplir los criterios de convergencia europeos y dijera lo que dijo: Enseguida se cogió el latiguillo y se espolvoreó por los medios, de los medios a los políticos y de los políticos a la calle con objeto electoral. Mirad, mirad, dijeron, como son los socialistas los que quiere destruir las pensiones; mientras todos lo popes económicos del PP se frotaban las manos: lo cual eran, precisamente, lo que querían. En los años 1996 el Sr. Aznar no quería mostrarse como el lobo que era, y con piel de cordero quería dar otra imagen: ya habría tiempo para hacerlo cuando se ganasen las elecciones por mayoría absoluta y hacer la siguiente reválida (la que suspendieron tras el 11-M) y cumplir con sus ideólogos: José Barea y los contertulios de radio intereconomía. Por aquella época le convenía a Aznar firmar los Pactos de Toledo, que tenían una duración hasta el 2000, quedar bien para con la población y no parecer el tipo Neoliberal que era: ya habría tiempo de ir desmantelando el Estado del Bienestar subrepticiamente. Toda tu argumentación me ratifica en la apreciación que tengo sobre las falacias y latiguillos que se sacan al ruedo por parte de los demagogos y en las ondas filipensas: muchos, y no quiero señalar a nadie, caen en ellas. En fin, amigo político, sabes que te aprecio, y también sabes que yo no soy político y por tanto no las tomes conmigo si te llevo las contraria a tus apreciaciones: Es que me resulta muy difícil que se hable de política y yo permanezca callado.
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