lunes, 14 de abril de 2008

Política económica del PP, modelo del pope


De 1996 a 2004 España dispuso de un modelo económico planteado por el Partido Popular caracterizado por el efecto de las políticas del suelo en Ayuntamientos. En parte esto era consecuencia de una compleja regulación urbanística, donde las corporaciones locales asumían amplias parcelas de poder, y donde, normalmente, los gestores situados para ejercer ese poder no tenían ni las cualidades técnicas ni las cualidades morales para ejercerlo. En definitiva, España se caracterizaba, o caracteriza, por: 1) Una farragosa legislación en materia de suelo, 2) Un entramado político triangular que desciende desde la cúspide, donde se sitúan funcionarios públicos de alto nivel metidos a políticos, bajando hasta a una red de concejales en Ayuntamientos muy mediocres intelectual y moralmente, que son quienes suelen ocupar dichos cargos (no me refiero a ningún pueblo en concreto) Estos cargos suelen ser desempeñados no por quienes mejor preparados para la política están, si no por los más acérrimos “ultras” politiqueros de cada partido en cada localidad, quedando excluida de la política quienes esencialmente debe hacerla: la gente de bien que no tiene a la política como su máxima preocupación. Esto en materia de política interna. En materia de economía exterior se dan, entre otros, dos fenómenos: 1) Adaptación de España a los tipos impositivos Europeos 2) Adaptación de moneda nueva, que requiere un esfuerzo colectivo psicológico de comparación de precios relativos para dar valor a las cosas. Los tipos impositivos europeos, y la percepción psicológica del valor de las cosas, junto con las políticas de suelo estructurales y la escasa moralidad de los políticos y empresarios que entraron al juego, junto con la cultura española que considera la vivienda en propiedad como el activo más importante de cada familia, crearon una época de crecimiento económico basado en: 1) Consumo Interno y 2) Estructura productiva basada en el ladrillo y en el mercado de la vivienda –generando un crecimiento esencialmente especulativo -: esto significa que las subidas de vivienda de precio al 18 % semestral, crecimientos incontrolados y especulativos pueden ser causantes de importantes agravios y de un crecimiento desordenado. De este crecimiento económico plantado sobre pilares en aguas pantanosas: a río revuelto ganancia de pescadores y reunión de pastores oveja muerta.

Las políticas neoliberales que propone el PP se basaron en 1) Ley de la Selva económica: esto es que pese a existir una regulación normativa sobre determinadas materias, se hace la vista gorda a sus primos hermanos, los hombres de negocios, con el fin de que los mercados no sean intervenidos 2) Ocultación de las verdaderas intenciones de los popes económicos que controlan al Partido Popular y que, por ejemplo, en Radio intereconomía fustigaban con sones de invasora presencia: la radio del directivo, la del hombre de negocios; lo que ocurre es el hombre de negocios es más parecido a “los Albertos” o los “Condes”; un hombre de negocios que busca más “el pelotazo” y obtener pingües beneficios, que la de crear una estructura económica consolidada. Esta ocultación de las verdaderas intenciones del directivo, del hombre de negocios, está en la base del debate de Pizarro-Solbes de la otra noche y en su fracaso: no decir a las claras lo que realmente piensa y, por ello, hacer uso de la demagogia (latiguillos al regusto del vulgo necio, fácilmente aprensibles por el mismo).

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