lunes, 21 de abril de 2008

Francisco Delicado: autor de la Lozana Andaluza


Viendo que se hace próxima una fecha importante, día del libro –fecha conmemorativa de la muerte de los dos mas geniales escritores y sabios que han sido paridos: Cervantes y Shakespeare- voy a hablaros de otro autor que por aquellos años, un poco antes, la verdad, no sabemos si anduvo o no por estas tierras valxeritenses. Que aquí residiera es lo de menos, sino a lo más, es despertar la imaginación de que así fuera y traer a colación aquí tiempos históricos y culturas ante las cuales, si ahora cayéramos, sería como caer en Marte, por decir un planeta que en otro tiempo se consideró como habitado por civilizaciones varias. Yo creo que ya a nadie le cogerá por sorpresa advertir que una de las épocas históricas que me parecen más apasionantes son lo que hispanistas reputados vinieron en llamar “Siglo de Oro”, y que, a mí, me ha gustado estudiar como Renacimiento español y Barroco español. Son, sin duda, los debates doctrinales y teológicos que en las Universidades españolas se mantuvieron la mar de divertidos, escolásticos y salados: Allí eran todos como “maestros Ciruelos”, catedrático sin parangón en la egregia Universidad, y las recitaciones y reparaciones eran como para no perdérselas, de lo disparatadas e infecundas que eran las más de las veces. En fin, he intentado seguir la pista de Francisco Delicado, autor de la Lozana Andaluza; no por las calles de las que fuera Vicario, pues salvo la de algún filántropo del siglo XIX, algún médico reputado en la Ciencia española de principios del XX y alguna autoridad eclesiástica, no lo he encontrado, aunque puede ser que la haya y yo no me haya fijado como debiera. No me llama tanto la atención como que Francisco Delicado, autor de la Lozana Andaluza, fuera Vicario de Cabezuela del Valle, como la visión que me provoca imaginar los pueblos éstos por aquellos tiempos de Oro, que verdad para sus moradores hubieron de parecerles a lo más de quejumbroso hierro. En fin, he andado consultando los archivos municipales placentinos sobre si existen documentos que corroboren su presencia por nuestras florestas; a lo más que se sabe es que fue Vicario de Cabezuela, pero no hay documento que acredite más labor que la de cobrar las rentas eclesiásticas, si no me confundo. En cambio, me parece muy oportuno otear la vida de este personaje he imaginarlo por estos lugares, o a lo más por Plasencia. De Cabezuela dando salto a Roma, a la vida disipada del lupanar que por entonces era la capital del mundo y lugar al que iban los que buscaban placeres varios concupiscibles y la delicias carnales.

El caso es que he leído en alguna página, yo creo que equivocada, porque eso es difícil de saber, que Francisco Delicado, discípulo de Nebrija –lo que me hace colocarle como estudiante en Alcalá o Salamanca-, actúo en la Iglesia de San Miguel Arcángel, como dice, sin creérmelo del todo. Ante lo cual, cada vez que escucho misa – pues más de una vez he dicho que aunque crítico con la Iglesia me considero un cristiano humanista-, me pongo a imaginarme que allí pudo dar misa el escritor de la que, en su día, era una obra a las claras pornográfica. No se asusten ustedes, señores, por decir yo ello: es de común conocimiento que la vida de clérigos varios y catedráticos diversos tuvieren una vida díscola y divertida. A lo que voy, que Francisco Delicado escribió una sin par obra sobre el Renacimiento en la calle, en los barrios de la putería, tan habitúales en las más populosas ciudades de la época. Aunque bien es claro que con algún efecto moralista, para interpretar el castigo divino de la que perecía una nueva “Sodoma y Gomorra”. En fin, a lo que iba, que cuando escucho misa veo en el retablo de la Iglesia de San Miguel Arcángel, en su parte más alta, una pintura claramente referida a la Ciudad de Dios, la Civitas Dei; hilando, hilando, en este misceláneo “noches valxeritenses”, concuerda la figura de Delicado, la Civitas Dei y Nebrija impartiendo cátedra en la ciudad que buscó el ideal de Vitrubio y “San Agustín” y su relación con Cabezuela del Valle.



2 comentarios:

paredes dijo...

No sabía que Delicado hubiera estado por estos pagos.
Frente a los que se rasgaban las vestiduras con las pinturas que aparecieron hace poco más de un año , que se pusieron en pie de guerra todos los meapilas, hubo una época en que el clero era abierto en el tema carnal.Prueba de ello la tenemos en la sillería del coro en la catedral de Plasencia, y en cantidad de pinturas y esculturas en lugares religiosos.

Jake dijo...

Te agradezco el comentario; la verdad es que sí, que la "historia de las religiones" puede ser más divertida de lo que puede parecer.