lunes, 1 de septiembre de 2008

Leccion 2: Una España de patriotas. Dios nos libre de ellos.




Lección 2


Una España de patriotas. Dios nos libre de ellos.

Bienvenidos, oyentes míos, a esta segunda lección de este curso comprimido sobre la Historia de las ideas políticas en España. Ayer estuve explicando cual era la figura primordial de la política española del último cuarto del XIX: los caciques. Continúo hoy, si ustedes quieren seguir atentos, por su utilidad para analizar la realidad social que hoy sentimos, esperando que sea de su agrado. Comienzo: Siendo, como era, la restauración canovista un régimen podrido, en su esencia un régimen particularista, localista… tenía un apelativo más adecuado: corrupción política generalizada y organizada. Aquí mandaban cuatro: el cacique, el cura, el médico y el boticario. Todos los demás: al campo. De vez en cuando parecía adecuado, para dar forma de sensación de movimiento, darle a la manivela: El cacique se quedaba a la sombra y, por algún tiempo, dejaba que el partido del médico y el boticario gobernasen en Madrid. Era una manivela que avanzaba poco, la verdad. Los dos partidos que se turnaban en el poder eran una misma cosa: lo mismo me daba carne que pescado, dos caras de la misma moneda, los mismos perros con distintos collares. El segundo apelativo adecuado a la Restauración era otro: inmovilismo y patriotismo de pacotillas. Y voilá: ahí tenemos esa España: la de los caciques haciendo España: una España de patriotas, todo sea dicho. Tenemos el ejemplo de Cuba: nuestros barcos se iban a comer el mundo, los Yankees, como poco, disputarían en canoas las ínsulas… Y los caciques, en sus pueblos, mientras, hacían y deshacían a sus antojos: que les importaba a ellos ni Cuba ni España. En esto quizá con acertada razón. Ahora bien fue uno de los partidos que ellos imponían quien tomo aquella decisión, y no otros, y fueron los periódicos que ellos leían y seguían los que inflamaron el ambiente: Dulce bellum inexperti (la guerra atrae a quienes no la han vivido) y Glycis apeiro polemos (la guerra es dulce para quien no la ha probado). Y fueron los partidos que ellos imponían, y no otros, los responsables del desastre, como acreditados estudios han puesto de manifiesto. La Guerra de Cuba fue el desenlace a una política nefanda llevada a cabo por un régimen donde se escuchaban fervorosas arengas, patrióticas soflamas… por parte de los corruptos oligarcas que gestionaron el sistema. Sirva esto para reflexionar en esta segunda Restauración en que vivimos. Es interesante escuchar lo que decía Ortega en 1909 al tanto de la guerra de Marruecos y los sucesos de Cataluña, gestionados por esos patriotas que bien quieren España; oigámosle, pues no me parece escuchar cosas que me parezcan tan lejanas en el tiempo: “No, no creo que haya sorprendido ha nadie que un gobierno envíe a un pueblo a una guerra cuyo motivo y cuyo fin ignora todo el mundo. Nadie tenía derecho a esperar de nuestros políticos ni un alto sentido de moralidad social, ni una gran complejidad intelectual, ni siquiera ese respeto hacia los gobernados que es la virtud mínima de los hombres de estado. (…) A nadie habrá sorprendido que so pretexto de restaurar la tranquilidad en la fisiología de Barcelona se encarcelen unos cuantos millares de ciudadanos, docenas de ellos sobre los que no pesan ni aun aquellas sospechas o indicios de culpabilidad que permitan incoar un proceso; sean otros deportados y confinados en pueblos donde no han podido hallar ni alojamientos ni medios de vivir, se fomente la expatriación de muchos miles, se cierren mñas de cien escuelas y se hostiguen todos los malos instintos de las clases elevadas; que se suspendan con largísimo tiempo aquellos derechos que dan su dignidad a la vida moderna, que se entreguen las decisiones de la justicia al Juicio de Dios de los tribunales militares; que se amenace a la Prensa y se la trate con gestos y frases de rey de taberna, como si la Prensa fuera solo una industria de una sociedad anónima y no un derecho de los ciudadanos; y, sobre todo, que se aproveche esta violencia jurídica para inyectar en el pueblo español las mentiras oficiales” (Ortega: los problemas nacionales y la Juventud. Ateneo madrileño. 1909”). Una España de patriotas. Dios nos libre de ellos. Buenas tardes.

3 comentarios:

paredes dijo...

ya lo dijo La Polla Records:Un patriota , un idiota.Es posible que tengan razón.

Alguien también dijo que la patria era el último refugio de los canallas.

Jake dijo...

Samuel Jhonson: yo lo recogí en "senderos de Gloria". Saludos desde las aguas cristalinas, desde las frondosas laderas de nuestra tierra. ¿La patria? La patria es el suelo que uno pisa esté donde esté. Quevis terra patria. La tierra entera es la patria. Todo sitio donde uno ha estado es suyo propio. Pero hay sitios especiales: los que uno vió siendo niño. Esos lugares tienen un olor especial: como el especial olor de las hojas de los cerezos en tiempos de cerezas. Pero uno no debe ser tronco, debe viajar, es la unica manera de curarse el patriotismo. Saludos cordiales.

paredes dijo...

Totalmente de acuerdo.