Los periódicos de la derecha son un caso - digámoslo claro y alto- de incontestable estupidez. Se creen estos que todos los lectores son bobos o poco menos que estúpidos: o que somos todos los españoles de escapulario y moldeado. No es un problema de ideología, o de ideas, más o menos falsas. No. Es un problema, como digo, de estupidez, de desinformación y de lecturas pocas. Si se puede tergiversar lo que las cosas son: no pasa nada, el periodismo puede: su objetivo: el poder. Su grey: el rebaño. Rebaño de analfabetos. La cosa no es para extrañar: todos ellos son herederos directos de un régimen peculiar donde solo existían ellos como altavoz de patrañas. Como los lectores de entonces han enlazado con los de ahora, siguen la misma senda: cadena de tontos, Chains of fools. Últimamente he ido dando un vistazo a los titulares, y comentarios, de los periódicos franquistas dando la noticia de la vuelta de Ortega a España, cuando dio la conferencia sobre “la idea del teatro” y al leer la rimbombante prosa de un Sánchez Mazas, padre de Ferlosio, no he dejado de sostener una maliciosa sonrisa. Éstos mismos son los de ahora y, acaso, los mismos que aquí hace nada mandaban en la TVE y que hoy acampan en Telemadrid: Los salva-patrias. Prevéngansen ustedes de ellos: cada vez que vea o escuche a un salva-patrias hágame caso: ponga usted sus pies en polvorosa. Allí hay un zoquete: Uno de esos que se la quiere meter doblada. Esos que interesadamente tienen la Idea de España que más les conviene a sus intereses de Poder. Y sus lectores, esos que son legión, esos que vienen a engrosar la lista de la OCDE desde los tiempos de la escuela nacional-católica. ¿Qué Idea tienen de España? ni tan siquiera la de sus santos huevos: no crean, -más quisieran ellos tener una idea aunque fuera expelida por sus santos huevos-; que va: la idea de España que tienen es la que los salvapatrias le quisieron dar. Así les va. No han leído más que las cuatro majaderías que se escribieron en su día y hoy tenemos que transigir con ellos. ¡Pero ya está bien! Nos merendamos hoy con una noticia que no es tal con tintes trágicos: el informe de la OCDE sobre la educación en España. La noticia no es noticia: ya lo sabíamos: con solo leer los periódicos de la derecha, y lo que en ellos se publica, se puede saber. Como todos sabemos dos son lo poderes fácticos que atenazan al partido de la derecha 1) La Iglesia: que quiere imponer su moral a toda criatura de Dios, y por eso, aunque dicen que no, ha caído en el anzuelo que el PSOE les ha tendido con el aborto (Tema complicado en el que no voy a entrar hoy) y 2) Los capitales más poderosos: que tienen como objetivo dos cosas 2.1) Que les bajen los impuestos y 2.2) Que no se les inspeccionen sus patrimonios y Rentas por parte de Hacienda. Todos los demás: ¿Qué decir de ellos?; del periódico al iluminado y del iluminado a la señora del moldeado –aquella que jugó con la mariquita Pérez-, al provinciano lugareño que ha hecho una miaja de peculio, al amigote del mismo, hasta al obrero industrial conservador de su puesto. Se que les molesta: pero así es. Comparan los tertulianos de la derecha que el funebrismo Zapateril era la cena de Viridiana. Ja, ja, ja, y mis ojos de vouyer los que vieron las piernas a una monja en una España de Salvapatrias. Nunca había visto una comparación igual, de veras. Nos dice el comentarista: “Algo influirá también la ralea del español, pueblo memo y cobarde para oponerse a cualquier perversión moral” y “España la moderna atufa a niño muerto”. Pues la vieja huele, está si, a la cena de Viridiana, a cacique nobiliario de caserón destartalado, a buhardilla de trastos varios, a tricornio y a gato que se come al ratón: ¿o es que todavía no ha pillado la peli de Buñuel y lo que Francisco Rabal representaba en ella? Y, claro está, como los españoles somos memos y cobardes para lo moral echan de menos las banderas victoriosas que los salvapatrias, ave maría, nos colocaron. Y no transigen con ella. Ahí está la nueva televisión del Obispado dando la matraca. Y hacen bien, pues cada cual debe defender sus valores. Sin embargo, prediquen con el ejemplo: No aborten. No lleven a sus hijas a esos centros. Ustedes los primeros. No vayan a ser como ese grupo de chicas que van al colegio de la Sagrada Madre con faldas a tablas y medias de lolitas. Ustedes, en clase, las dirán misa; pero fuera de ellas ¡Ay fuera de ellas! Virginales y húmedas... y de mayores: hipócritas, como sus padres y como sus madres.
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