Amo a América. Pienso es estas palabras mientras el Born in the U.S.A. , de Bruce Springsteen, suena en el radio-CD del automóvil. La siguiente canción será Hurricane, la canción que Dob Dylan dedicó al púgil Huracán Carter. Bajo las ventanillas del coche, pues el aire en la cara me ofrece la sensación de libertad. Mientras, el automóvil serpentea por la carretera, atestada de cerezos a ambos lados, en las laderas del Jerte. Estos días soleados de otoño invitan a vivir. Si señor, amo a América. El Pen-drive tiene una larga lista de canciones. Sonará la bella y virginal Emmylou Harris, que con su larga melena negra, ultra lisa, acompañará a The Band, la banda que tocó Último Vals para Scorsese y después vendrán más, muchos más. Uno de ellos es ese joven mexicano, hijo de mariachis, que cruzó la frontera camino de San Francisco, mientras los standard de Blues suenan en los bares de carretera. Carlos Santana y Jhonny Winter cantando “they are went to
En las cálidas noches valxeritenses, junto a las frescas gargantas durante el estío: No nos hemos sumergido en los profundos y oscuros recovecos del alma humana. Plácidas, cálidas: noches valxeritenses. Bitácora.
lunes, 6 de octubre de 2008
Once upon a time in América
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