viernes, 10 de octubre de 2008

Esperanza Aguirre y los liberados sindicales


Los hechos acaecidos en Madrid tras la inauguración de diversos hospitales son del todo deplorables. Me refiero, por supuesto, a los vituperios lanzados contra los políticos inaugurantes, Guemes y Esperanza, así como el posterior señalamiento de los increpadores como liberados sindicales. Es cierto que dichos políticos iban con cara de foto puesta, de demagogos, y con la falsa sonrisa hipócrita colocada en los labios y que , los otros, los del sentido contrario, iban con el afán de que la foto les saliese movida. Y, claro, eso no les gustó a los primeros. Aún así pienso que no es de recibo ninguna de las dos actitudes: ni la cacerolada, incluidos bochornosos insultos, ni la posterior actitud deslegitimando a los increpantes por el hecho de ser “liberados sindicales”. Éstos trataron, como digo, de chafar la propaganda a la que nos acostumbran los políticos y luego, éstos, los políticos, han tratado de hacer una habitual maniobra de botes de humos, enfadosa retirada con ataque y en una interesante táctica de distracción. Que los hechos sean deplorables en ambos sentidos no quiere decir que ambos tengan la misma calificación moral. Uno de los hechos ha consistido en un “alboroto”, una “trifulca”, un “boicot”, tal y como se extrae de los medios tales como el ABC y otros medios propios de la derecha. El otro de los hechos es aún mucho más grave: La deslegitimación de la actividad sindical. Así, se ha aprovechado para atacar el engorroso y caro sistema de mantener a los “liberados sindicales”. Hecho que justificaría la propia tesis de ineficacia de “lo público” frente a “lo privado”. Una retirada con veneno. Los aplaudidores, los forofos y los ultras se pondrán a dar saltos como monos de una manera muy parecida, por cierto, del que critican, al ver como los suyos, los de su equipo, han planteado una buena contra. Pero no se si ustedes de dan cuenta de lo serio que es el asunto, como para que nosotros, los ciudadanos responsables, dejemos paso a que los borricos suelten sus rebuznos, berridos y válidos, los cuales se oyen en estéreo: a izquierda y derecha. La cosa es grave, como digo. Nuestro sistema de convivencia democrático no consiste, tan solo, en unos “partidos políticos” que reciben votos en unas elecciones generales. Nuestro sistema democrático es mucho mas complejo que eso. Los sindicatos forman parte del sistema democrático de forma tan importante, si no más, que los partidos políticos. No voy a hacer un análisis jurídico ahora, pero tengan en cuenta que el “derecho a la libertad sindical” y el “derecho de huelga” no son derechos menores y su protección es máxima. No voy a pasar, tampoco , a explicar el proceso largo de juridificación del sindicato ni su historia. Quede dicho, sin embargo, que el sindicato tiene una función clara de contrapeso del Poder, dentro de un sistema democrático. La democracia liberal pasó por diferentes fases en cuanto a su consideración del sindicato, pero se ha mostrado que sus contrapesos sirven para equilibrar y limitar los poderes varios. En todo esto hay mucha miga que me imagino que ustedes intuyen. Las declaraciones del consejero Güemes descalificando a los “liberados sindicales” le califican a el mismo. Por cierto, y me pregunto, ¿Cuándo ejerce Esperanza Aguirre sus funciones como presidenta? A nadie se le oculta que son otros quienes, desde detrás, ejercen ese Poder: a ella le es imposible ejercer dichas funciones, porque está en todas las inaguraciones, saraos, fotos... lugares donde lo que mas se hace es posar y trabajar, bien poco. Pero esto precisaría de un artículo mucho más largo que dejaré para otro día.

1 comentario:

paredes dijo...

Ya podría haber hecho alguna grabación a Fidalgo entrando o saliendo de las FAES.Pues ocasiones ha tenido.