lunes, 20 de diciembre de 2010

El Gatopardo. Una obra maestra de Luchino Visconti. Cuando las hienas se convirtieron en chacales: El modelo "españolo" de capitalismo.




La cinefilia de DVD ha permitido recuperar auténticas joyas del Cine, todo un arte mayor, con posibilidades de ser admirado desde el salón de casa, siempre que se reúnan las condiciones de amplitud de pantalla y equipo de sonido adecuado. Por suerte, debido a mi cinefilia, me construí un salón de cine en casa, que me traslada, casi del todo, al lugar donde los Cines eran Cine: las salas con paredes de terciopelo y butacas y gallinero y pantalla grande. Esos cines con bar (en algunos sitios), con el correspondiente pasillo para echar un cigarro. Y que por circunstancias yo recuerdo de cuando era niño. Difícil ha sido construir para mi solaz particular y hacer en mi propia casa una rememoración de aquellos cines, habida cuenta que las salas de multicines han mutado el concepto de cine, como ocio y cultura, que había en tiempos. No es ser agorero, y recordar un cine que fue, como tiempos pasados que parecen mejores. No. Ese tiempo puede ser aún, si se dispone de la sala adecuada y el gusto adecuado.

 Hace tiempo quería escribir, -ya lo hice en otros sitios- sobre una Obra Maestra de Luchino Visconti, "El Gatopardo", basado en un libro de Lampedusa. Más recientemente he visto otra película de Luchino Visconti, también protagonizada por Burt Lancaster, que hace de propio alter ego, y titulada "Confidencias", que es otra Obra Maestra, como fue "Muerte en Venecia", pero mucho más desconocida. El placer al visionar "El Gatopardo" restaurada, limpia la imagen y el sonido, admirada tal cual debió ser sus primeras proyecciones es una experiencia estética de muy alto grado; máxime cuando con anterioridad se conocen películas-monstruo operísticas como "El padrino". Estas tardes de invierno, de frío, de nubes encaramadas a las sierras, de lloviznas, de estados de alerta amarilla por lluvias, son tardes para estas películas y su disfrute. Entender el colorido de la parte siciliana de "El padrino", después de haber visto El Gatopardo, y la narración, con música de Nino Rota en ambas, es un placer del todo comprensible. Ya no son solo los contenidos estéticos y formales: al iluminación, el vestuario, la música, el ritmo sinfónico de la narración sino el contenido en sentido estricto: lo que se cuenta...

                                    HISTORIA DE CARPETOVETONIA

 Ya lo escribí en otra parte: " Estamos ante uno de los filmes más importantes, no sólo de Luchino Visconti, sino del mismo cine italiano. La evocación del Risorgimento y la modélica reconstrucción histórica es una lección de hacer cine. Tiene una lectura dialéctica propia de su autor e ilustrador fílmico, quien también había manifestado: «Creo que no se puede ser hombre, y mucho menos artista, sin tener una conciencia política. El arte es política». El aspecto de ilustración fílmica, en esta película, puede ser más un alago que una carga: la ambientación es deslumbrante. Creo que es una de las películas que mejor recogen la experiencia histórica, pues trata no solo de la Historia en mayúsculas, sino de la intrahistoria de las mentalidades, de los valores, de las ideas en una sociedad y de alguno de sus componentes. Algo que explica los hechos desde las personas, y no las personas que se encuentran en esos hechos históricos. En sí, es una de las explicaciones más exactas de los nacionalismos románticos del siglo XIX, - como de la unificación política de Italia -, que han dado como resultado el mundo actual". La película contiene una de esas frases para la posteridad: "... todo cambie, para que todo siga igual", el virtud del cual, el protagonista, demiurgo en parte de la acción, mueve los hilos para que eso ocurra: El fenómeno de "las democracias liberales" mediterráneas - tal como la italiana en el Sur, o en España - están narradas de tal forma en sus procesos que sirven para explicar la realidad política de éstos países. Sicilia formó parte de la Corona española; que estas regiones, - éstos países - sean Carpetovetonia, se ofrece mucha explicación en El Gatopardo. Sí Sicilia es el sur de Italia historicamente bajo la Corona española, en su traslación, la Historia política de España es un trasunto de la historia de Sicilia: el lugar donde la aristocracia se aúna con la burguesía, para constituir Carpetovetonia, y cuyo engendro fue la Restauración de Cánovas; todo ello tamizado por carlistas, liberales, y monárquicos alfonsinos. El capitalismo tiene modelos: y hay un modelo españolo de capitalismo.

                                                                       SINOPSIS

En su sinopsis: " La invasión de Sicilia por Garibaldi significa un gran contratiempo político para Don Fabrizio, príncipe de Salina. En 1860, el líder revolucionario acelera la unión nacional italiana y los pequeños estados se van incorporando al Reino de Italia, engendrado en torno a Víctor Manuel de Saboya, rey del Piamonte. Por tanto, Don Fabrizio -junto con su familia- se traslada a Donnafugata.

Angélica, hija del rico burgués Don Calogero, fascina al joven Tancredi, sobrino del príncipe de Salina. Éste, que ve con agrado esta unión entre la aristocracia y la alta burguesía, es obligado a emitir su voto en un plebiscito para decidir la suerte de Sicilia, pero renuncia a un escaño en el Senado que le ofrece el rey Víctor Manuel II.

En un gran baile ofrecido en honor a Angélica, en el palacio de Ponteleone, Don Fabrizio comprueba nostálgica¬mente la inevitable decadencia de su clase social. El príncipe de Salina sabe que la suerte está echada, que el tiempo es irreversible y piensa que, «es necesario que todo cambie, para que todo siga igual». Por eso, decide favorecer a los revolucionarios, apoyando a su sobrino a que se incorpore a las fuerzas garibaldinas y después al nuevo Ejército italiano. Don Fabrizio está asistiendo, no obstante, al fin de su mundo."

Es en materia de las relaciones sexuales, además, como explicó Sombart en Lujo y Capitalismo, donde acontecen los cambios que van a llevar al capitalismo moderno, donde las viejas hienas se convierten en chacales. La atracción por Angélica y su belleza por parte de Don Fabrizio, y la imposibilidad para ese disfrute, son los verdaderos motivos que le mueven para que si no él, su sobrino, liberalice el yugo que supone las relaciones sexuales endogámicas de la aristocracia, uniéndose a la burguesía. Visconti, como Lampedusa, como Don Fabrizio, conoce muy bien todo ese mudo, pues pertenece a él, y que, en su crítica, es feroz. La escena del baile es la escena de la disolución del personaje, la disolución de un mundo, donde la belleza es deslumbrante, gracias al colorido que con el DVD se ha podido recuperar. En otro momento hablaré de Confidencias, al cual me gustó casi tanto, o más que ésta. Pero ahora dejo aquí una pequeña escena en el baile final, cuando Don Fabrizio baila con Angélica... Al principio como Don Fabrizio apoya a su sobrino en la participación con Garibaldi, como muestra de como la aristocracia se alía con la burgesía, con el fin de que el cambio no sea un cambio. Eso pasó también en la España del siglo XIX...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué interesante Jake. El viejo Visconti, siempre tan sabio. Gattopardo es una peli que tengo siempre pendiente, es como si la relegara para un momento preciso. Yo me muero por "Muerte en Venecia", arte supremo y sublime, burgueses frente a proletarios y la peste escampándose por los canales, mientras Mahler ensalza el espíritu para reventar en un grito de luz.
Perdona, se me fue...Sí, claro cambiar para que todo reste igual, tal es el leit motiv de la historia.

Saludos

Jake dijo...

Sí Ataulfa, me acuerdo de la primera escena de la peste que aparece en "Muerte en Venecia", si no recuerdo mal, cuando unos músicos van a pedir dinero al Balneario en que Aschenbach descansa. Son espectaculares esas imágenes de Venecia recreándola a principios del siglo XX o finales del XIX, en el lujo de esos hoteles. El retrato apestoso de "las clases ociosas" de las que habló Veblen; Todo un sabio, nuestro Visconti.

Txema dijo...

Casualmente ne pasa como a Ataulfa, que tengo el Gatopardo pendiente.

Sobre la muerte en Venecia recuerdo que sirvió para que un conocido socialista de los de entonces nos dijera mil y una veces lo mucho que le gustaba Mahler.

Gran película, que también sirvió para decir alguna tontería sobre Mahler. ¡Que país!

saludos

Anónimo dijo...

¿Y qué tontería dijeron Txema? Yo descubrí a Mahler gracias a la peli de Visconti, y de ahí a toda la aventura sinfónica y lírica.

Txema dijo...

Pues está un poco relacionado con lo que me dices de tu descubrimento.

Resulta que antes de ver la película, no eran muchos los que conocían a Mahler. Esto no es extraño en un país donde la música ocupa un lugar tan bajo dentro de la cultura. Y, por supuesto, no lo digo por tu caso.

Lo curioso es que ese líder socialista comentó que era su compositor fsavorito y desde entonces las masas enloquecidas se lanzaban llenas de gozo a la tienda de discos más cercana a comprar discos del pobre Mahler.

Se empezaron a programar las sinfonías de Mahler con cualquier motivo y ocasión, en cualquier festival o concierto.

A todo esto, surgieron los listos de siempre. Y empezaron las especulaciones sobre el propio Mahler y si la película era la vida de éste y si era homosexual (lo único que importaba) y alguna chorrada más.

En fin , ya sabes frivolizarlo hasta que dejó de interesar por completo.

Si mal no recuerdo, en mi blog una forma de presentarse hay algo sobre este asunto.

saludos

Jake dijo...

Gracias Txema, por contar tales cosas que yo desconocía. Fíjate, yo en 1971 ni siquiera había nacido, y la primera música que me gustó fueron un grupo estadounidense que se llamaban Twisted Sister. Ya voy madurando algo, y me pasó como a Ataulfa.

Anónimo dijo...

¡Oh, pobre Gustav! No tuvo que pasar poco en su vida, que también post mortem. Y pobre profesor Aschenbach, calificado siempre de homosexual y pederasta...Tanto la obra de Mann como la de Visconti me parecen de un tratamiento sublime. La belleza, la estética por encima de todas las cosas.
Probablemente, la gente dejó de comprar discos de Mahler porque no llegaban a comprenderlo, su magnificencia, su panteísmo, su patetismo, su tristeza sublimada, su marcialidad, la muerte y el renacer...Y esos Kindertodlieder...
¡Qué país, Txema, qué país!

Abrazos