miércoles, 1 de diciembre de 2010

Tardes de licor y de lectura. Idealistas bajo las balas.


Llueve. En la sierra está nevando. El puerto de El Piornal y el de Honduras están cerrados, y tras las ventanas la grisura del cielo influye en el ánimo del escribiente. Baja a la planta, se prepara un licor suave, dulce. Enciende la chimenea, mientras borbotea un cocido que se encuentra preparándose a fuego lento. Prepara las cuartillas y lee, tranquilamente. El fuego de la lumbre crepita. Coloca unas trébedes, abre las castañas, prepara una sartén. Es tarde de licor, de castañas asadas y de lectura. Son horas de batallas. Sigue con ahínco, con afán escrutador, con la amenidad habitual que las letras seguidas son sentidas al ser leídas con sosiego. El debate que lee es intenso, es feo, es candente, es árido, es bonito, es tosco... tiene algo que remueve las entrañas. Es el eco de las batallas del pasado, de las batallas de propaganda que luego siguieron. El boletín de información bibliográfica era un documento que el régimen franquista publicaba con ocasión de los libros que entraban a España de modo ilegal y que eran vendidos en las trastiendas de las librerías; el régimen, sabiendo que estos eran leídos con avidez, decidió sacar a la luz tal boletín, con el objeto de desmontar lo que en aquellos libro prohibidos se escribía. El escribiente es un admirador de los libros prohibidos; desde tiempos su ciudad fue centro del erasmismo y por ello acusa una singular veneración por los mismos. Mientras apura el licor, busca la botella, mueve los leños, atiza con las tenazas, chasquean. Piensa en las publicaciones de Erasmo, que fueron expurgadas de las bibliotecas. Aquellos libros y adagios sobre el poder y la guerra, que se perdieron en la infinitud de los tiempos, cuando los claustros fríos anexos a las iglesias barrocas eran pisados por frailes pertenecientes a las más diversas órdenes. En la habitación, en cambio, hace calor, y lee con avidez la singular réplica que el boletín de información bibliográfica pública sobre algún libro que no es de su agrado. Estoy hablando de (A Concise History of Spanish Civil War. Londres 1974), publicada en Francia por Ruedo Ibérico, y que es leída por muchos españoles, habituados a leer las versiones oficiales habidas hasta la fecha, quieren conocer un pasado que se les escamotea. Las guerras de propaganda siguieron durante muchos años. En España una dictadura atroz, brutal, católica, buscaba de legitimarse con el desarrollismo económico, con unas presunta Paz. Jesús Salas contesta a Gabriel Jackson. A los historiadores del Régimen no gustan las aseveraciones del historiador norteamericano, con errores de bulto, cual pueden ser el número de ajusticiados y represaliados, y otros grandes errores, según Jesús Salas señala a su cuenta. Y hay que enmendar el error. Salas conoce bien la Historia militar de la Guerra Civil española, no en vano es todo un General de División... las Guerras de propaganda continúan, el debate se hace perenne, el escribiente pasa otra página, echa otro leño al fuego. Es hora de apagar el cocido que hierve. Y de recoger al niño del colegio. Hoy es día de batallas pasadas... En la sierra está nevando. El puerto de El Piornal y el de Honduras están cerrados, tras las ventanas la grisura del cielo influye en el ánimo del escribiente, apura el vaso. Sobre la mesa, un libro: "Idealistas bajo las balas"




2 comentarios:

Txema dijo...

Salas Larrazabal?

saludos

Jake dijo...

Sí, Salas Larrazabal...

Saludos