martes, 21 de diciembre de 2010

El problema de la Seguridad Social española y su relación con el empleo y su estructura. Una herencia del franquismo.

Unas breves reflexiones sobre el sistema de seguridad social española. La Seguridad Social tiene dos vertientes: 1) una referida al modelo y  2) otra de carácter político, que define y elige el modelo. El problema de la Seguridad Social española es histórico y es político, por definición al optar por el modelo que menos conviene al país: los motivos, los expresaremos brevemente. Modelos de Seguridad Social caben dos alternativas, con cuatro posibilidades: 1) Sistema Beveridge, asistencial o anglosajón 2) Sistema Bismarkiano, contributivo o continental 3) Previsión individual.modelo norteamericano 4) Una mezcla de los tres anteriores. Pues bien la decisión de por uno de esos modelos es un problema político. Sin lugar a dudas, el mejor sistema de Seguridad Social es del Bedverigiano, con unas prestaciones estatales universales que subviertan las situaciones "de necesidad": llámese vejez, desempleo, invalidez,  que en suma sean las carencias de rentas las que se atiendan, sea cual sea en hecho causante de su carestía. Tales prestaciones se gestionarían por un órgano único, que sería financiado directamente por el Estado, vía presupuestos del Estado. Por tanto sostenido vía impuestos: de tal modo, las personas activas, mediante IRPF, las empresas societarias, mediante impuestos de sociedades sostendrían la Seguridad Social pública. Y el público, en general, mediante el voto, decidiría que impuestos y prestaciones serían las decididas, pero que no incidirían en la estructura productiva al modo como lo hace, al derivarlo de contribuciones moduladas por el salario. Ello llevaría aparejado que no existirían contribuciones específicas que gravan el trabajo asalariado, como es lo que ocurre, al imponerse una tasa impositiva sobre el trabajo, cuyos costos son, entre trabajador y empresario, aproximadamente sobre el 30% del salario bruto. A su vez: el trabajo asalariado en "negro" no tendría los niveles de ocultamiento que tiene. El "deber de protección" del empresario queda jurídicamente determinado, por ejemplo en caso de Accidente de Trabajo, con solo que la relación de trabajo acontezca de facto. El sistema contributivo es insostenible, pues le hace depender de variables demográficas y productivas en exceso. Así de claro. De porqué la carpetovetónica España decidió este modelo se debe a intereses políticos. Veamos cómo:  La decisión por el modelos Bismarkiano, de carácter contributivo, se constituye en un error histórico de gran calado que se ha ido continuando de régimen político a régimen político. Su antecedente es el modelo de seguros públicos de carácter social y obligatorio, cuyo primera regulación fue a consecuencia de la cobertura por Accidente de Trabajo.  El régimen era la Restauración de Cánovas, que impuso el seguro obligatorio de vejez, en 1919, y fue la II república, en 1932, cuando obligó al empresario a contratar un seguro de responsabilidad, debido a su responsabilidad objetiva de los Accidentes de Trabajo. Hasta ahí vale: tales regímenes políticos debido a su estado financiero, nos sería capaz de efectuar una regulación potente de Seguridad Social, tal y como acontecía en Inglaterra (sistema Beveridge) o Alemania (Sistema Bismark). La década de los cuarenta, la época del falangismo en "lo social", no fue más que la continuación de la vía alemana de "seguros sociales". El régimen  legisló con dos leyes: la Ley de Bases de 1948 y la ley de Seguridad Social de 1966, optando por el modelo alemán. Esto se debió, en parte a un criterio político: había que legitimar el régimen como fuera: había que premiar a "los obreros" que participaban en el "Boom económico" tecnocrático, con la Seguridad Social, y como todos sabemos, conocemos la importancia de las empresas del INI, comandada por falangistas en los puestos de mando. Con esos mimbres se tejió la transición, por mucho que el PCE entrara en los verticales, constitutyendo las Comisiones Obreras, había un determinado obrero, nacido en el régimen, y agradecido a Franco, que había hecho la Seguridad Social. En ningún momento se planteo el más lógico de los sistemas para España: el asistencial derivado de prestaciones sociales suficientes en caso de necesidad, que es por donde van los tiros del texto constitucional -pues ya por entonces se sabía por dónde iban a salir los palos del chozo-, aunque la constitución deja un modelo flexible y abierto. Pero ahora no hay manera de cambiar el modelo a su lógica más racional. Pero los males de carpetovetónica son conocidos, y sus raíces también: una España chusca en lo político de rancia raigambre.  

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante esta explicación histórica que nos planteas. Pero hay algo que no entiendo. ¿Por qué los británicos también quieren reformar sus pensiones?

Jake dijo...

Me imagino que las oligarquías financieras quieran reducir impuestos. Los tres modelos de Seguridad Social están referidos a economías mixtas de mercado.

Un saludo

Anónimo dijo...

Gracias, Jake, luego entonces los tres sistemas sólo sirven/servían a nivel teórico, puesto que estos también han quedado subyugados al poder mercantilista.

Saludos

Jake dijo...

Bueno, han sido puestos en práctica en todas las economías mixtas de mercado. Acorde a los valores sociológicos de cada país. En Estados Unidos, el país de la Libertad individual, la previsión individual y el seguro privado, en Inglaterra, debido a su liberalismo empirista, el sistema público asistencial que atiende a necesidades básicas, con un Estado mínimo, pero que atiende allí donde lo privado no llega; y los alemanes, de acuerdo a su laboriosidad, un sistema contributivo-profesional. No ha sido teoría, sino práctica, y ha tenido resultados no del todo malos. En otros sitios ha sido peor: por ejemplo en la Rusia Soviética o en la China de Mao, donde también había socialismos reales, más o menos ortodoxos, con mucha teoría, pero que también ha resultado un fracaso en su modelo de subvertir las necesidades humanas. Creo que "la seguridad social", que no es otra cosa que un invento de la democracia liberal en su intento de resolver "la cuestión social", que más conviene a España es la financiada por impuestos. Y a ese camino van a ir los tiros. ¿Cómo se resuelve el problema? subvencionando prestaciones con impuestos generales, con prestaciones no individualizadas en función de lo que se ha cotizado. Ahora bien ¿Quien le pone el cascabel al gato?