martes, 20 de abril de 2010

Rebelión, revolución y nihilismo. En "El hombre rebelde" de Albert Camus


Albert Camus:

La revolución de los principios mata a Dios en la persona de su representante. La revolución del siglo XX mata lo que queda de Dios en los principios mismos y consagra el nihilismo histórico. Todas las revoluciones modernas han concluido en un reforzamiento del Poder del Estado.Me decían que eran necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde no se mataría. No esperes por el juicio final: Se lleva a cabo cada día. A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad.Dos siglos de rebelión, metafísica o histórica, se ofrecen justamente en nuestra reflexión. Las páginas que siguen proponen una tesis que explica, en parte, la dirección y, casi enteramente, la desmesura de nuestro tiempo".

Pocas lecturas se han significado tan importantes como ésta de "El hombre rebelde", pocas tan esclarecedoras, pocas tan necesarias. Pocos filósofos como él. Porque sí: Camus fue expresivo, fue claro: y, a la vez, interpretó el mundo, su mundo, el siglo XX, como pocos han sabido hacerlo. El análisis de la revolución soviética, o de todas las revoluciones totalitarias, sigue un camino hilvanado desde Sade, los librepensadores, la revolución francesa, el nihilismo ruso, Marx, el anarquismo, el surrealismo. Y explica lo que aconteció. No interpreta. Sabe. Y cuenta como pocos, en un libro que es, todo él, una cita.”La única revolución psicológica que ha realizado nuestra época, después de la de Freud, la ha realizado el NKDV”. “Que miserable - exclamaba Marx- es esta sociedad que no conoce mejor medio de defensa que el verdugo.”: pero el verdugo no era todavía el verdugo filósofo y por lo menos no aspiraba a la filantropía universal. Un libro imprescindible para entender, para saber de verdad, lo que ocurrió: pero aún más dificil. ¿Por qué?



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