martes, 20 de abril de 2010

Amor y Dios. Vergüenza, un film de Ingmar Bergman




El infierno son los otros.

Quería hoy hablar de una de las obras maestras, entre tantas, de Bergman: “La Vergüenza”. En especial por su atroz final desesperanzado de muerte y destrucción. En el You tube no he encontrado imágenes subtituladas, ni aún ese final. Pero si he encontrado esta escena de la película “Como un espejo”. Un padre y un hijo hablan acerca de Dios, como seres existenciales que dudan. Lo buscan y reflexionan sobre ello. La desesperanza nihilista llega a su sumo con “La Vergüenza”. Bergman, testigo de su mundo, y de la II Guerra Mundial, reflexionará ya no solo, -sobre la ausencia de Dios- , sino el angustioso silencio del alma: el que lleva a la incomunicación, a la soledad y a la desesperanza. El miedo y la humillación hacen perder la dignidad del ser humano. Lo transforman en un animal acorralado y peligroso. Eva y Jan -los protagonistas- llegarán, por ser tiempos bélicos, a los extremos de la vejación. Desde el deseo de ella de ser madre, al acto que, posteriormente, realizará Jan: En el momento dado en el cual los equilibrios sociales que frena los impulsos humanos se resquebrajan, cualquier individuo se puede convertir en perseguidor e incluso en verdugo. Bergman una cámara subjetiva (en verdad hiper-objetiva) que es la mirada de Dios. 0 Berman-Dios que, en silencio, siente vergüenza por el acto de Jan. Un Dios que contempla a los humanos, pero que no interviene. Como si Dios contemplara el propio infierno que ha creado, al dar libertad a esos sujetos que ha creado y ha dado el nombre de Hombres. Lástima que esa escena no la he encontrado con subtítulos. Merece ver, en cambio, esta otra escena. El mayor sufrimiento no viene de adentro: sino de los de fuera, de los seres queridos. Bergman parece ilustrar la sentencia sartriana: "El inferno son los otros". Y no el pecado, como afirmaba el cristianismo, de origen interno, y que separa al ser humano de Dios. La soledad del alma que se quintaesenciará en películas como "El silencio" o "Gritos y susurros", película de la que ya hablé. El peor infierno es que no hubiera muerte. Así es como hay que entender la setencia sartriana. El cine de Bergman: un cine perturbador que se pregunta sobre las dificil cuestiones que el humano trata de obviar. Lo que Heidegger llamaba la inautenticidad del ser.

No hay comentarios: