miércoles, 10 de diciembre de 2008

Severas críticas hacia alguna de las medidas económicas del PSOE

Vista la pedrea de dineros públicos desparramados por localidades y ayuntamientos patrios, es hora de ser severos, pero muy severos, con las medidas económicas adoptadas por el PSOE. Vamos a empezar por la primera medida, electoralista, que se propuso en su día, la de los 400 euros. Vista a toro pasado creo que es el momento, ya, para decir que esa ha sido una mala, pero que muy mala medida. De lo que se trata es que el consumo, que ha sido el motor de la economía española junto con el ladrillo, no caiga, pero esta medida que presuntamente sirve para aumentar la Renta Disponible de los ciudadanos ha sido mal planteada. Si conocemos la propensión marginal al consumo, las rentas más altas no incrementan su consumo por esos 400 Euros. A nadie le amarga un dulce: pero ha servido de bien poco, a la vez que se han dilapidado recursos económicos que no han servido para expandir la demanda. La medida parece tan tonta como la de no encender las luces navideñas a causa de la crisis. Si el riesgo en el que se cae es la deflación, creo que no es de recibo que se adopten tales propuestas locales de desactivación del consumo. Y algunos ayuntamientos socialistas han adoptado interesadamente tales decisiones. No en vano, es sabido, el pequeño comercio no es lugar de votos socialista, cuando podría serlo –pues el pequeño comercio no deja de ser un pescado pequeño a espensas de ser deborados por grandes tiburones-. Que se hubiesen quedado las luces como todos los años y, así, se hubieran ahorrado un conflicto justificado. Son ganas, como siempre, de tocar la pandereta. Y la zambomba. Pero lo más grave, en mi opinión, es la forma de adopción de “medidas keynesianas”, para nada Keynesianas, de expansión del Gasto Público, desparramando dineros a los ayuntamientos en función de los habitantes. De esa manera no se podrán afrontar importantes obras que mejoren las infraestructuras y, dada la exigua cantidad que se otorga en la singular pedrea, va a ser pan para hoy y hambre para mañana. A lo más, va a servir para camuflar el número de empresas que se van a ir al garete dentro de poco. La medida no apuesta por cambiar el modelo económico, que se caracteriza, más, por el lastre, al ser un modelo de ladrillo y constructoras, y no un modelo de innovación y desarrollo. La pedrea a los ayuntamientos va a ser una cosa similar a la de los 400 Euros: va a endeudar al estado español, hipotecando su futuro y, a la vez, no va a servir para estimular la demanda. El grave problema de la crisis está aún por venir: cuando llegue momento de presentar cuentas, y termine el año fiscal, muchas empresas van a poner el cierre, debido a que su pasivo circulante les asfixia a corto plazo, a la vez que el activo circulante pierde rotación. La pedrea a los ayuntamientos para lo que va a servir, sobre todo, es para que algunas empresas de construcción, muy posiblemente afines a los consistorios, vean inyectada la liquidez que precisan, y, con ello, aguantar un poco más el ahogo que las atenaza. Buen tiempo para poner los patrimonios a buen recaudo. Y dar algo de vida a las empresas de materiales de construcción y las constructoras medianas algo más fuertes -las más gordas ya han caído, mientras sus directivos han puesto a buen racaudo los pingues beneficios que de aquí a nada conseguían-. Permítanme que les diga una cosa: estas pedrea en nada va a mejorar el empleo; y, a la vez, va a seguir reduciéndose el consumo. Ya saben lo del culo y lo del candelero, que no son témporas. La economía es la pescadilla que se muerde la cola. Y los pezqueñines van a ser cada vez los más, y el agujero cada vez va a estar más abierto para meter el palo por él. A su vez, las medidas no inciden en nada en lo que, de verdad, nos ayudaría a salir del problema, desde el punto de vista de la política Fiscal. 1) No se destinan a grandes Obras públicas en infraestructuras con férreo control estatal, 2) No se llevan a Investigación y Desarrollo (en las patentes está el futuro, no en otro sitio). No se si ustedes son consciente de lo siguiente: Es España un país donde los cerebros, los buenos, se dilapidan a lo tonto. Todas las regiones, y comarcas, pierden cerebros: las mejores cabezas siempre se van a otro sitio. Es así. Al país le pasa lo mismo: las mejores cabezas está fuera de España. El talento es quien debe poner el práctica las innovaciones necesarias para que el potencial del país se expanda. Sobre ello no se hace nada. Dinero puesto a disposición a la investigación y desarrollo y en nuevas energías (futuro): 0. Dinero puedo para inyectar líquidez a las empresas del ladrillo (pasado): Todo. Pan para hoy y hambre para mañana. Amárrense a los palos del chozo.

3 comentarios:

Ginebra dijo...

pués no te falta razón, querido Jake, es como una pedrea sin sentido. Creo que la medida en sí es buena, inyectar dinero público para revitalizar el empleo público, es una medida Keynesiana, pero claro, debería estar controlada porque se corre el riesgo de que no sea operativa, vamos que endeude al estado y no sirva para su fin.
No sé que saldrá de todo ésto, pero estaré al tanto... besos

Anónimo dijo...

No entiendo de economia nada de nada. Baste decir que no soy ni buen administrador de mis pocos bienes.
Pero si tengo claro que estas madidas, como casi todas las que toman los gobiernos son solo buenas para seguir haciendo cada vez más ricos a sus amigos, o mantenedores como se les quiera llamar.
Baste un ejemplo: supvención de arreglo de fachadas. Se incrementan los costes de la reparación y se encarga el contratista de todo el papeleo. Siempre hay algun edil con relación directa con quien te las repara.
Si es que son de un listo.
El Canuit

paredes dijo...

Habrá ayuntamientos que darán peonadas al personal y harán obras necesarias.Por el contrario habrá otros que harán lo de siempre.Eso.