sábado, 13 de diciembre de 2008

Clint Eastwood y Bronco Billy


Con motivo del reciente estreno en España de “The challenging” , la última película de Clint Eastwood –aunque en la recámara ya tiene otra que me parece aún más prometedora “Gran Torino”, donde el propio Estwood vuelve a ponerse delante y detrás de las cámaras, interpretando a un viejo racista, excombatiente de Corea - , la revista “Dirigido Por” publica un estudio sobre el cine de este mayúsculo director. Con este cineasta tengo contraída una deuda de amor por el cine y, por suerte, gracias a mi edad, no tuve los prejuicios que sobre él adoptó la cinefilia durante la década de los 70 y los 80 del siglo pasado. A mí siempre me gustaron las películas donde Eastwood aparecía. A partir de 1987 la crítica empezó a valorar la obra de Eastwood, y yo lo acogí, cuando aún tenía 12 años, con beneplácito: me dije, !anda! a los críticos sesudos también les empieza a gustar el cine de Clint (soy una amante del cine desde que soy un niño: fue en los bancos de un gallinero de unos cines de un pueblo norte-extremeño, llamado Navaconcejo, donde vi por primera vez una pelicula de Eastwood). Hoy día, donde ya conozco y reconozco la obra completa de cineastas como Bergman, Bresson, Ozu, Antonioni o Passolini, amén de estar muy atento al cine que hoy día se produce, no dejo de reconocer la alegría que me produce que uno de mis iconos de juventud, Eastwood, siga rodando e interpretando Cine en mayúsculas. Como siempre me ha gustado, no tengo porque no ser sincero con su obra ni autocrítico, como señala Tomás Fernández Valentín en dicho estudio. Es cierto que su obra no es tan conocida como se suponen determinados círculos. Eastwood, ciertamente, es reconocido iconográficamente, y todo el mundo sabe quién es, aún son muchos que le recuerdan por la imagen muy equivocada de él: el “hombre sin nombre”, “Harry” o el pistolero que escupe a todo lo habido y por haber en Josey Walles. Ya casi todos saben que Eastwood es uno de los grandes de la historia del cine norteamericano y, por ende, del cine mundial. Eastwood es un fuera de la Ley: un señor que se ha ganado el respeto no por viejo, sino por sabio; que es la única manera de ganarse el respeto. Durante toda la década de los 70 y los 80 se le consideró por parte de la cinefilia como “lo peor y lo más deleznable del cine de Hollywood, el paradigma de la violencia, de la fuerza bruta, de la imposición de la ley y el orden establecido en los Estados Unidos en base a disparos a quemarropa”, señala acertadamente Valentí. Por eso, verle a volver a interpretar a un personaje fascitoide, cuando hoy en día que es considerado más que un cineasta, todo un humanista, hace que me muera de ganas de volverle a ver en pantalla. El verdadero carácter del veterano Eastwood empezaba a latir en pequeñas obras de poco éxito. Películas muy mal doblados al castellano –y por ello poco y mal conocidas -. También en excelentes Westers cuando ya nadie rodaba Westers. Hoy en día es incuestionable el reconocimiento de Eastwood por todo el mundo de una manera unánime. Eastwood, como todos sabemos, es mucho más que un excelente narrador con un magistral e inigualable pulso - con que hubiese llegado a ser simplemente eso ya hubiese sido mucho -: es la madera humanista de la que está hecho la que se le valora. Por eso volver a echar la vista atrás a sus viejas películas, viendo el buen número de obras maestras que ha rodado después, hace que todas y cada una de sus antiguas películas se revaloricen. Cómo eramos tan tontos, se dirán algunos, que no supimos ver ahí lo que se estaba fraguando en ese Artísta. Si Artísta. En toda su expresión y con mayúsculas. Desde esa primer “escalofrío en la noche”, interpretando a un locutor de radio de bella voz (para conocer a Eastwood hay que ver sus películas en versión original. En versión doblada no es Eastwood, pues le colocan voces o demasiado tonantes, o demasiado estúpidas, como la de Bronco Billy). La crítica, muy mal intencionada, decía que el excelente director Donald Siegel se vendía a “la estrella”, cuando aún la crítica ni se imaginaba que esa “estrella” se convertiría en uno de los directores casi nonagenarios más lúcidos, junto a Manoel de Oliveira, bien entrada ya la primera década del siglo XXI. Aquella crítica hoy día, al menos, reconoce que se equivocó. Ya en Bronco Billy se encontraba Eastwood y la materia de la que estaba hecho, por eso siempre me gusta volver a verla. Bronco Billy se constituye en el Alter ego de Eastwood: El dueño de un circo de los sueños con su trouppé de desheredados buscando la dignidad de los sueños. La “caravana de Paz” de Ford. El Aventurero de medianoche, Bird, Sin Perdón, Los puentes de Madison, Mystic River, Million Dollar Baby, Cartas de Iwo Jima, son, para mí, sus obras mayores. Siete obras maestras. Y muy pocos directores clásicos tienen en su haber algo semejante. Y !ojo con Bird!, que es muy desconocida y es, para mí, la más impresionante película de Eastwood desde el punto de vista narrativo. Además, Eastwood ha rodado un buen número de muy buenas películas: infierno de cobardes, ruta suicida, el fuera de la ley, Bronco Billy,el jinete pálido, cazador blanco, corazón negro, medianoche en el jardín del bien y del mal, poder absoluto, ejecución inminente, banderas de nuestros padres… y suma y sigue… con otras dos. Eso sí que es hacerse viejo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me estoy acordando de un intimo amigo cinefilo, que cuando yo le decia que iba al cine a distraerme y no a comerme la cabeza, el no lo entendia. Tampoco entendía, que a mi encantara el Clint. Ahora piensa como tu.
El Canuit

Ginebra dijo...

Anda, que casualidad, hoy estuve leyendo un artículo sobre las dos últimas pelis de Eastwood, "el Intercambio" y la que comentas... iré a ver las dos, por supuestísimo!!! Me parece un genio: fantástico actor, compositor y genial director. Es un hombre muy completito, Jake, es mi amor platónico (es secreto). Besos

Anónimo dijo...

Tengo un compañero de instituto (bueno, tenía, pq desde que me vine de La Tierrina para el Norte de Extremadura, le he perdido la pista), que le envíaba guiones a Eastwood (llegó a salir en un periódico de Asturias: La Voz de Asturias, comentando este hecho). Eastwood nunca le contestó a sus cartas, es más, en la mencionada ocasión que salió en el "La Voz de Asturias", era porque, estando Clint en Asturias, e intentando este compañero hacerle llegar en mano uno de esos guiones, Eastwood lo despachó de, digamos, "malas maneras" (lo mando a paseo en un muy correcto inglés).
Aún con esto, este chico por aquel entonces, se decidió ahorrar e irse a EEUU y visitarle. Aquel día sí le atendió, y le dijo que se acordaba perfectamente de él, pero que al cabo de una semana, recibía más de 100 cartas con guiones, y en cada visita a un país extranjero, más de 50 personas intentaban hablar con él contándole sus proyectos. Pero que esta la primera vez, que un chico de 17 años se había decidido a cruzar el Océano para llevarle uno de sus guiones, y que solo por eso, por su empeño, estaba dispuesto a darle 1 hora para hablar con él.
No sé lo que ocurrió en esa conversación, pero en la actualidad, por lo que sé, este chico es guionista, su formación la realizó aquí en España, y dichos estudios salieron del bolsillo del mismísimo Eastwood, y la última vez que le ví, trabajaba en un productora en Madrid.
Quizá si este chico se hubiese quedado con esa imagen del Eastwood que le mando a paseo, hoy no sería lo que es. Pero a veces, la cosas no son como parecen, hay que rascar un poco para ver lo que hay detrás.
Un saludo.