sábado, 15 de noviembre de 2008

Reflexiones sobre “lo de Bolonia”: misión de la Universidad.



He estado comentando en otros foros mis reflexiones sobre lo que ha venido en llamarse, en el ámbito estudiantil, “lo de Bolonia”. He de señalar, para quien no lo sepa, que las entradas de mis noches valxeritenses no nacen, de modo expreso, para ser vertidas en ellas. Por regla general son fruto del debate en otros foros. Suelen ser una parte de mis reflexiones. Soy de los que considera, con Ortega, que cuando se habla se habla de “uno” para “otro”, y que ese “otro” varía según las “circunstancias”. En este caso el debate se establece con Marcos Santos Gómez, profesor de la Universidad de Granada de filosofía de la educación, al cual agradezco sus intervenciones. Por tanto, con el fin de recoger lo que digo, y pienso, en diferentes sitios idee este blog, para que no quedara perdido lo que escribo por allí. Al tanto de “lo de Bolonia”, extracto lo que sigue: Estoy pez sobre “lo de Bolonia”, por ello leeré: a ver si me aclaro algo. Ahora bien, antes de saber algo sobre esto que los escolares cuentan de ir a la huelga, y al preguntarles sobre por qué motivo, te espetan: “por lo de Bolonia” , y se quedan tan panchos, reflexionaré sobre la Universidad y el espíritu crítico y el fundamento moral para participar, o no, en dichas movilizaciones. En especial argüiré sobre que sobre “el espíritu crítico”, y el poco fomento que se hace de él en numerosos lugares: la Universidad entre ellos. Aunque agradezco que haya profesores, como es el caso de Marcos Santos Gómez, que así lo hace. Esto de no darle a la cabeza de un modo adversativo, y crítico, entre los jóvenes me está resultando, a mi particularmente, bastante molesto: máxime si el lugar donde debería hacerse no se hace. Yo llegué a una conclusión, posiblemente equivocada, que consistía en que en la Universidad no se enseña a pensar. Pensar consiste en tener espíritu crítico: leer para contradecir lo que se lee. De hecho así se ha desarrollado la filosofía. Es cierto que doy por hecho que una vez, en los departamentos y tras las tesis doctorales, si se empieza “a pensar”, y en grado sistemático, gracias, creo yo, a que se escribe. Animar a los alumnos a leer, pero sobre todo a escribir, es uno de los mejores ejercicios filosóficos que se pueden hacer. Este de los blogs es una buena manera, pues copia el modelo filosófico de pensamiento: el diálogo. Aunque adaptado a nuestro mundo. La crítica que sostengo es que a “los alumnos” de un modo genérico – y por regla general- no se les incita a pensar: a contradecir lo escrito o pensado por otro. Se exponen sistemáticamente las ideas por alguien expresadas y, después, estas ideas se deben volcar a un examen escrito que suelen ser una birria. No sé qué dirá Bolonia sobre esto, ni como se adaptan a la barbaridad que supone no crear espíritu crítico y, en especial, las ganas ingénitas de saber sobre el todo en general, y no sobre cosas en particular tan solo. Porque esto del “pensamiento único” tiene relación con esto que digo. Por mi pasada experiencia advertí como alumno que la Universidad se machacaba a aquellos alumnos que son incapaces de memorizar textos, pero que sí eran capaces de ponerlos a parir, argumentando contra ellos con razonamientos interesantes. Uno de las obras que trataron sobre la educación universitaria fue “Misión en la Universidad” de Ortega y Gasset; sería interesante debatir como esta regulación de Bolonia se adecua a lo que Ortega señalaba allí y en otros escritos. La “barbarie de especialísimo” fue una de las reflexiones más conocidas de Ortega, en ella argüía contra la formación en “especialidades” cual daba lugar a especialistas que saben mucho sobre muy poco y que no saben nada sobre todo. Eso era, según Ortega, una barbaridad que daría lugar, ante la falta de “Universidad” en el conocimiento, que las opiniones sobre todo fuera hecho por bárbaros especialistas. Es el mal de una Universidad sin humanidades y, vaticinaba, la sociedad gobernada por las masas y, en último término, por los necios. El caso de Bush puede ser paradigmático, como en otro tiempo fueron los Lenin, los Hitler o los Mussolini. Pero es que lo que debemos negarnos de redondo es a cosificarnos, como nos enseña Kafka, y ser engranaje de una sociedad funcional. Las relaciones de Poder tienen mucho que decir sobre porqué este problema, llamémosle así, que en la Universidad se produce. Yo no se si Bolonia tiene en cuenta esto, o si promueve el barbarismo o, en cambio, defiende una “Universidad” que sea tal y no “particularismo”. Y el tipo de personas que va a formar. Una Universidad que rechace el humanismo va aviada. La película de Robert Wiene, el Gabinete del Doctor Caligari, es muy esclarecedor sobre todo esto que hablamos, porque supone una reflexión sobre “la verdad” y sobre “la manipulación”. Después de leer algunos artículos de periódico sobre “lo de Bolonia”, comento los siguiente: La “libertad” y “el libre pensamiento” son una de las más difíciles actitudes de los humanos. Puede parecer fácil, pero sabemos, de verdad, que no lo es. Este es un privilegio de muy pocos -pero que muy pocos- escogidos. Uno de mis libros de mesilla es Introducción a la Pedagogía de Fritz Martz. Esta autor señala, poco más o menos, que el objeto de la educación es “la libertad”: la trasformación de los que aún no son libres en libres. Bellas palabras. Los Antropólogos culturales han estudiado como la “Universidad” se constituye en un elemento más que sirve para reproducir el entramado social de Poder en nuestras culturas plutocráticas. Soy muy escéptico y pesimista: tengo una visión muy negativa del ser humano. Y así todo: lo amo. Nuestras sociedades son plutocracias, como señala Saramago. Ellos son los demiurgos de este mundo. Los demás: marionetas movidos por sus hilos. El espíritu crítico consiste en abrir los ojos y, buenamente, pegar un puñetazo en la mesa. ¡Pero bueno! ¡Ya está bien! ¡A mí no me la dais! Pero, ¿qué se necesita para ello? Una cosa: independencia económica. No depender de nadie. El que no “depende” de nadie es el único que habla libremente. ¿Cómo se come eso? ¿Cómo crear instituciones que conjuguen dos cosas: la “Universidad” y la “Libertad? Es muy complejo. En España la conjugación de estas palabras vienen de lejos: Giner de los Ríos es uno de sus exponentes y su “Institución Libre de enseñanza” la creación de una institución que trató de conjugarlas, en su espíritu regeneracionista. Él estaba hasta el gorro de que su trabajo fuera dependiente del socaire político. La Universidad española anduvo así mucho tiempo, y los ejemplos de Unamuno o Zubiri son ejemplares. Ahora bien cómo conseguir, según mi opinión, conjugar “educación”, “espíritu crítico” y “libertad”, para que la educación sea digna de ese nombre. De una manera: que los alumnos sean el centro de dicha institución. Si esto no es así: los plutócratas están moviendo los hilos. Revelarse contra ello es moralmente admirable. Si “lo de Bolonia” consiste en crear una Universidad al servicio de unos “ajenos” (llámese “sociedad” o “empresa”) lo que está bien es actuar contra ello por amor propio. Yo no quiero decir que la sociedad, o la empresa, se beneficien de lo que la Universidad debe crear –hombres libres-, sino que la Universidad debe centrarse en sus alumnos. Todo lo que no sea así es incorrecto y, por tanto, es un deber protestar. Dar el puñetazo en la mesa. Pocas han sido las instituciones Universitarias libres, que yo conozca. Aún así, se podía debatir, como es posible que, aún así, la Universidad haya tenido tanta relevancia social. O si no la ha tenido. O si sí. La vetusta universidad cisneriana, durante la vida de su fundador, es uno de los pocos ejemplos que conozco de libertad. En ella mandaban los estudiantes, gracias al respeto a que su fundador se granjeó, y por ello fue motor del humanismo cristiano, la reforma y el renacimiento en España. De veras fue una universidad libre, aunque por poco tiempo. ¿Qué Universidad queremos? ¿Qué tipo de ser humano se quiere crear? Pero, más importante, ¿Qué clase de persona queremos ser? ¿Queremos ser libres? Pues a la faena.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguna vez te paraste a pensar que lo que más m2 tienen todas las universidades son los aparcamientos?
Y las ciudades universitarias donde más bares de copas hay?
En que va pensar el universitario que va a la facultad con el coche que le compró el papi y tiene 50 euritos pa irse de copas el finde?.
Pensar piensa, pero en foyar todo lo que se menea. Como yo, por eso siempre digo que tenemos lo que merecemos.
El Canuit

Jake dijo...

También tienes razón. De hecho yo, cuando estudiaba, el 80% de mi pensamiento se iba es lo buenas que estaban algunas y a ver si caían en la fiestas. También has puesto el dedo en la llaga.

Ginebra dijo...

"La universidad que rechace los humanístico va aviada", has dicho tú y estoy completamente de acuerdo, Jake. Por lo que he oído y visto (no demasíado, lo confieso) Bolonia afectará de algún modo a los alumnos menos desfavorecidos pues las carreras serán de cuatro años y la cualificación escasa, ya que se deben hacer masters que cuestan un dineral y que muchas familias son incapaces de pagar a sus hijos. No sé como enfrentará la universidad ésto, pero defiendo estudios públicos y becas. Igualdad para todos en educación y sanidad. Estoy en contra de la privatización por el simple hecho del beneficio económico. Besitos

Anónimo dijo...

Seré breve, ya que cuando escribo, son las 2:30 de la madrugada. Solamente unos comentarios a tu comentario:
1. En la Universidad no se debe educar, se debe enseñar. La educación se debe llevar a la universidad.
2. En la Universidad se enseña, pero no se debe "enseñar a pensar", se debe llegar "enseñado a pensar" y esto debe ponerse en práctica en la Universidad (El COU podía venir muy bien para esto, y así lo indican sus siglas: Curso de Orientación Universitaria).
3. Mas que nos pese, la Universidad es y debe ser elitista. Esto no quiere decir que sea de ricos, bien posicionados socialmente, etc sino que debe llegar e ir a la Universidad quien debe hacerlo. No todos tenemos actitudes físicas para ser atletas profesionales, lo mismo sucede con los físicos, matemáticos, ingenieros, filosofos, etc etc (hoy día hay pocos universitarios, y muchos que hacen lo que muy bien dice Canuit.)
4. Independencia y Libertad no es lo mismo, ni tiene porque ir unido. Puedes ser dependiente, y libre al mismo tiempo. Libertad es elegir, y tú eliges ser dependiente o independiente, acatando las consecuencias de esa libertad: mi libertad termina donde empiezan la de los demás, y aquí ya existe una dependencia: los demás.
5. La Universidad debe centrarse en sus profesores, y elegir a sus alumnos (en función de sus capacidades). La libertad, el sentido crítico, etc la transmiten los profesores (en función de ellos así será la Universidad), y el campo sobre el que sembrar (los alumnos) debe elegirlos la Universidad (y en función de estos así será el mundo y la sociedad del mañana)
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El último comentario sin nombre es mio: luibio. Se me olvidó poner el nombre al enviarlo.
Mil disculpas.

Jake dijo...

Estimado Luibio, respeto tus reflexiones y agradezco tus comentarios, que bien sirven para dar luz. 1) Yo pienso que “la Universidad” si pertenece a lo que se denomina “sistema educativo”, al formar parte de las enseñanzas superiores. Esencialmente creo que la “Universidad” debe ser el centro de la reflexión sobre lo moral, como lo ha sido siempre, y que esta, “sin humanidades” está abocada a un tecnicismo que solo va a convertir a los de allí egresados en bárbaros del especialismo. Recomiendo tres lecturas interesantes y que puedo prestarte: una es “ensayo sobre la técnica”, otra “misión de la Universidad” –con los textos incorporados por Paulino Garragori- y, la tercera, “la rebelión de las masas”, de Ortega y Gasset, donde se reflexiona sobre ello. Entre “educar” y “enseñar” es difícil establecer diferencias. Se supone que dentro de la universidad se deben gestar las cabezas gestoras que dirijan a la sociedad hacia el bien. Éstas precisan una “formación moral” añadida, donde la formación en humanidades es, en mi opinión, ya no necesaria, sino muy necesaria. Toda “formación moral”, o sobre los fundamentos de lo moral es educación. Y la Universidad su ámbito natural. No en vano Kant era profesor de Universidad y entendía “la Universidad” como el justo lugar para reflexionar sobre “lo moral”: lo que está bien y lo que está mal. Si eso eso no es “educación” que venga Dios y lo vea. 2) Según mi opinión la Universidad es el mejor lugar para “enseñar a pensar”, porque, precisamente, el que no piense allí, es el que debe quedar fuera. Entiendo a la Universidad como el centro del pensamiento. De hecho, surgió en Europa debido, entre otras cosas, a que aquí, el pensamiento –el idealismo- se configuró como la realidad toda. Si la Universidad no es el lugar para “enseñar a pensar”. ¿Qué se va a enseñar allí? ¿Transmitir pensamientos hechos por otros solamente? No allí se va “a pensar”.Y el que no sepa, deberá aprender a pensar allí, porque nadie nace enseñado y, de hecho, allí se dan clases a neófitos de determinadas ramas del Saber. Pero dichas ramas, siempre deben tener en cuenta es aspecto “Universal del conocimiento”. 3) Pienso que la Universidad tiene que ser un término medio también, ni excesivamente elitista, ni que entre todo el mundo. Y esto te lo dice uno que no solo pasó por la Universidad, sino que la Universidad pasó por él, y soy complutense en todo el sentido amplio de la palabra y en su doble acepción. 4) La reflexión sobre “la libertad” y “la dependencia” la dejaré para más adelante, pues es muy compleja. Es cierto que hay muchos que prefieren libremente no ser libres. Pero tengo claro que la Universidad “no debe” formar esa actitud, sino la contraria: el ser libre siempre y elegir siempre “la libertad”. Es cierto que el imperativo categórico limita la libertad en cierto sentido: pero es libertad en sentido amplio. La historia de la humanidad nos enseña que han sido mas los hombres sojuzgados o súbditos que los que no. Y los librepensadores, ciertamente, cogen en la palma de una mano (Erasmo, Voltaire, Rusell… y poco más). Pero ya analizaremos eso. 5) La Universidad debe centrarse en sus alumnos. En sus necesidades y en sus capacidades. La enseñanza se debe centrar en las capacidades de éstos y no en la capacidad del profesor, so pena que salgan, como ocurre ahora, muchos que quedan abrumados por las enseñanzas que allí se imparten, y que, al terminar los estudios, ni conocen su rama del saber que estudiaron, ni, lo que es peor, tienen una concepción global sobre la realidad. Pero estas reflexiones no son mías son de Ortega. Se de universidades, como la de Navarra, que por muy elitista que sea, casi todos los que salen de allí pueden tener una “formación” técnica sobresaliente, pero casi todos son tontos de capirote, pues se creen culo del mundo. Yo defiendo la Universidad Pública, de calidad, donde se enseñe a pensar, que acoja a un término medio de estudiantes, y que los mejores – en un lugar donde reina el nepotismo – sean los que accedan a la investigación. Y que los demás, al menos, cuando salgan, tengan en la cabeza los muebles suficientes para hacer una sociedad mejor para todos y no un entramado de plutócratas, codiciosos y egoístas que se crean la élite, siendo unos desaprensivos. Saludos.

paredes dijo...

la educación no acaba nunca.Cualquier lugar y edad son buenos para perfeccionarse en la educación .

Jake dijo...

Por cierto, Luibilio, y te lo digo con todo el respeto del mundo: es cierto que cuando yo estudié había muchos que no debería haber llegado a la Universidad, pues a las claras se les notaba el inflado de notas. Y, que de hecho, éstos, emigraban a las privadas, donde lo tenían más fácil. En especial algunos de mi clase que venían de colegios privados religiosos y que me miraban con una envidia que no podían con ella (cualquiera les pedía uno los apuntes), ante mis ganas por saber sobre todo y el ritmo de estudio que yo llevaba. Había unos cuantos, que se mudaron a la San Pablo Ceu, que no soportaban que yo, llegado de la pública y de un mal colegio, que recibía alumnos del “Lianchi” de Alcalá de Henares, saqué 16 matrículas de honor y 28 sobresalientes. Por eso fui premio extraordinario en una facultad donde había matriculados sobre 600 alumnos. Cierto: muchos no debería haber llegado a la Universidad, y ahora pululan por ahí con títulos en privadas sobre el brazo.


Paredes: tienes razón y yo se que eres un sabio.

Anónimo dijo...

Joder Jake osease que el 80% del pensamiento se te iba en foyar, y con el 20% restante sacaste 16 mariculas de honor y 28 sobresalientes. Si no te llegan a gustar les muyeres donde cojones hubieras llegado.
Yo no fuí a la universidad, porque pa que me aprobaran lengua de COU tuve que ofrcerle un jamón al profe, y el muy cabrón se lo reclamo a mi hermana al año siguiente.
Si es que no hay ética entre el profesorado.
El Canuit

Anónimo dijo...

A eso me refiero, amigo Jake, con que la universidad tiene que ser elitista: a que en ella deben estudiar y pensar gente como tú, y no como esa panda de "niños de papá envidiosos". Y bien sabes que yo estudié en un colegio público, y en uno privado, y estudié en una universidad pública. Y en el colegio privado me tocó lidiar con esos "niños de papá", pq yo era el hijo de un obrero que pagó por un colegio privado, pq de mi clase en el colegio público de 16 alumnos, 4 murieron por las drogas/SIDA antes de los 24 años, 2 cumplen o cumplieron cárcel, y de los otros 9 solo tengo noticias de 2.
Pero a parte de temas particulares, lo que no veo bien es que una nota de corte te permita realizar la carrera universitaria para la que estás preparado. Puedes ser un excelente matemático (el ejemplo sería Einstein), y por una nota de corte no acceder a la facultad de Matemáticas. El nº 1 de mi promoción accedió con un 6.75 con una nota de corte de 6.61, y él sacó 28 matrículas de honor, y solamente bajó en una ocasión en una asignatura a un notable, y sacó una plaza de investigación sobre 200 aspirantes de toda Europa para 20 plazas, siendo el nº 2. Sin embargo, en el instituto, más bien era mediocre tirando a bajo, excepto eso sí, en las asignaturas relacionadas con la carrera. (estudiamos juntos, y yo sacaba mejores notas que él en el instituto, sin embargo en la facultad las tornas cambiaron).

Jake dijo...

El cauit me encanta que participes aquí. Bueno, lo siento por haberme tirado un poco el moco. Es que me calza bastante lo de los colegios privados financiados por el Estado español, y si son religiosos más. Especialmente porqué los padres, estimablemente, queriendo hacer que sus hijos reciban una educación “mejor”, van y los llevan a esos güetos de “gente bien”. En muchas ocasiones salen de allí queriendo reproducir una sociedad donde ellos son la buena gente y los demás, -gente como tu y y como yo- chusma. Cuando son más malos, con honrosas excepciones, que la quina. Pues de eso nada: por lo pronto salen hipócritas, egoístas, codiciosos, altivos… Si ponemos las Universidades solo al alcance de estas gentes –los cuales se creen que “ellos” tienen más nivel, porque han estado en clases donde elementos “nocivos” para la sociedad, las retrasan -. De eso nada: aquí el menda, y no quería tirarme el moco, fue a un colegio de un barrio muy famosos de Alcalá de Henares. Y pese a gustarme mucho las mujeres no quise, en ningún momento, que los del San Ignacio de Loyola o el San Gabriel quedasen por encima de mí. De aquel colegio público, es cierto que uno de mis compañeros acabó muy mal por esto de las drogas (Iván e Isra). Pero casi todos son buenas personas con oficios muy interesantes luchando por la vida (Morhy: frutero con negocio propio; Antonio: empresario; Silvia: dependienta; Soledad: tiene una tienda propia). Estos “los malos” de la clase. Que “los buenos”, casi todos hijos de emigrantes, son los siguientes ( Ubar: Ingeniero de Telecomunicaciones. Pedro: diplomado en estadística. Juan: Ingeniero Industrial. Gemma: Maestra de Educación Infantil y Logopeda. M Carmen: Trabajadora Social. Nacho: Ingeniero Industrial. Alonso: Ingeniero de Telecomunicaciones. Sergio: Enfermero) todos ellos también luchando por la vida. Ya está bien. ¡NO A LA EDUCACIÓN PRIVADA CONCERTADA!

Anónimo dijo...

Bueno Jake, y lo de los colegios privados financiados por el Estado, es tal y como tú dices, de vergüenza. Si quieres un colegio privado, que se lo paguen, no encima pretendan que se lo pagemos entre tod@s y luego se rían en nuestras caras.

Anónimo dijo...

Lo más triste de todo es que estos que se dicen socialistas sigan manteniendo a los colegios concertados porque les sale más barato. Si fueran socialistas de verdad sabrían que la educación del pueblo no es un gasto si no una inversión.
El Canuit.

Javier Prieto dijo...

Una buena reflexión en este post, lo que debe quedar claro es Bolonia no va a suponer una elitización y mercantilización de la Universidad, eso es mentira¡¡¡.
Las becas van a continuar, y los másteres se van hacer públicos.....
Las mentiras que han sacado algunas asociaciones y el propio sindicato de estudiantes, son falsas....creéis que el Gobierno que ha ampliado en 50% las becas, va a suprimirlas ahora, NO¡¡¡ Las becas con los socialistas son un derecho,,,,
un saludooo