Tomado de Sociedad de Filosofía Aplicada
La denominada "Filosofía de la Liberación" (a partir
del año 1975) del filósofo argentino Enrique Dussel en todo el mundo
latinoamericano.
Filosofía de la
liberación es desde hace tiempo, una escuela o corriente de pensamiento,
y el título de una obra homónima de filosófica de Enrique Dussel
escrita y publicada en México en 1975, que ha dado lugar a este tipo de
filosofía o forma de pensar la filosofía en su conjunto: escrita por el
filósofo cuando acababa de instalarse en México después del atentado con
bomba que destruyó su casa en Argentina y que le obligó a dejar el
país, sin biblioteca a la mano, Dussel escribe el libro de memoria, sin
citas ni aparato crítico alguno, y aunque inicialmente calificó la obra
como ejemplo de filosofía posmoderna, en el sentido de superar las
categorías modernas de análisis filosófico (en particular las de
Descartes y Hegel), a las que acusa de ser expresión del colonialismo
intelectual europeo, posteriormente la calificó de "transmoderna",
haciendo referencia al proyecto de liberación social y cultural común a
todos los países de la periferia mundial, y especialmente
latinoamericana.
El libro se convirtió pronto en una de las obras
claves de la filosofía latinoamericana, y ha generado muchísimos
seguidores tanto dentro como fuera del ámbito académico: en este último,
donde ha cosechado numerosísimos acólitos.
En Filosofía de la
liberación Dussel parte de las premisas del pensamiento marxista de las
relaciones sociales, pero las supera y las critica, creando un nuevo
esquema de pensamiento que denomina Analéctica. En ese libro, propone el
concepto de analéctica como método adecuado para realizar la tarea
filosófica. El término analéctica (en griego ανωλεκτική) se forma con la
unión de los términos griegos ανω anó, que significa "más allá", y
λογιζομαι loguizomai, que significa "razonar", y así analéctica
significa ir más allá de la totalidad y encontrarse con el Otro, que es
originalmente distinto y por tanto su logos irrumpe interpelante más
allá de mi comprensió del ser, más allá de mi inter-és. Este método
integra, al menos en su base, dos modos de análisis filosóficos ya
tratados y utilizados por la tradición filosófica: la analogía (método
clásico, bastante utilizado en el tomismo y otras escuelas de la
escolástica), y la dialéctica (ya se la entienda en su vertiente
platónica o en su vertiente hegeliana/marxista).
A su vez, Dussel
critica todo el pensamiento filosófico europeo, al cual considera
esencialmente opresor. Dussel nos plantea el tema del desarrollo de la
filosofía como un paso de períodos problemáticos a períodos de
hegemonía. Los períodos problemáticos son épocas en las que la filosofía
se expresa creativamente, y uno de estos tiempos creativos es,
precisamente, el tiempo presente, a finales del siglo XX, cuando los
pueblos oprimidos de la periferia se levantan contra sus antiguos
colonizadores. Esta situación de estar y nacer en la periferia le ofrece
a la filosofía una situación privilegiada con respecto al tipo de
filosofía que se puede practicar en los centros hegemónicos de poder.
Mientras que aquí la filosofía se convierte pronto en un instrumento de
opresión, al servicio de la dominación del centro, en la periferia se
convierte en instrumento de liberación. La filosofía de la periferia es,
necesariamente, una filosofía de la liberación. La filosofía de los
centros de poder no es otra cosa que una ontología que enuncia una
mismidad: "El ser es, el no-ser no es", lo cual significa que todo lo
que esté fuera de las fronteras del ser, carece de ser. Y esta frontera
del ser coincide con las fronteras imperiales.
"El ser llega
hasta las fronteras de la helenicidad. Más allá, más allá del horizonte,
está el no-ser, el bárbaro, Europa y Asia." (17) A lo que se refiere el
autor es que al delimitar el ser, en el fondo la ontología delimita lo
humano a aquello que se circunscribe a las fronteras de un grupo en
particular, el grupo de los conquistadores. Quién está más allá de esas
fronteras es visto como un bárbaro, como alguien que carece de ser y
puede, por ello, ser esclavizado y asesinado. Esto es exactamente lo que
ocurrió con la llegada de los conquistadores a las Américas. La primera
pregunta filosófica que se hicieron estuvo marcada por la ontología:
¿son los indígenas hombres o no lo son?. La filosofía viene siempre
ligada con la geopolítica, y es por eso que el libro se inicia con una
sección que narra la historia de las relaciones entre centro y periferia
a nivel mundial.
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