domingo, 14 de diciembre de 2014

Filosofía de la Liberación.





Tomado de Sociedad de Filosofía Aplicada

La denominada "Filosofía de la Liberación" (a partir del año 1975) del filósofo argentino Enrique Dussel en todo el mundo latinoamericano.

Filosofía de la liberación es desde hace tiempo, una escuela o corriente de pensamiento, y el título de una obra homónima de filosófica de Enrique Dussel escrita y publicada en México en 1975, que ha dado lugar a este tipo de filosofía o forma de pensar la filosofía en su conjunto: escrita por el filósofo cuando acababa de instalarse en México después del atentado con bomba que destruyó su casa en Argentina y que le obligó a dejar el país, sin biblioteca a la mano, Dussel escribe el libro de memoria, sin citas ni aparato crítico alguno, y aunque inicialmente calificó la obra como ejemplo de filosofía posmoderna, en el sentido de superar las categorías modernas de análisis filosófico (en particular las de Descartes y Hegel), a las que acusa de ser expresión del colonialismo intelectual europeo, posteriormente la calificó de "transmoderna", haciendo referencia al proyecto de liberación social y cultural común a todos los países de la periferia mundial, y especialmente latinoamericana.

El libro se convirtió pronto en una de las obras claves de la filosofía latinoamericana, y ha generado muchísimos seguidores tanto dentro como fuera del ámbito académico: en este último, donde ha cosechado numerosísimos acólitos.

En Filosofía de la liberación Dussel parte de las premisas del pensamiento marxista de las relaciones sociales, pero las supera y las critica, creando un nuevo esquema de pensamiento que denomina Analéctica. En ese libro, propone el concepto de analéctica como método adecuado para realizar la tarea filosófica. El término analéctica (en griego ανωλεκτική) se forma con la unión de los términos griegos ανω anó, que significa "más allá", y λογιζομαι loguizomai, que significa "razonar", y así analéctica significa ir más allá de la totalidad y encontrarse con el Otro, que es originalmente distinto y por tanto su logos irrumpe interpelante más allá de mi comprensió del ser, más allá de mi inter-és. Este método integra, al menos en su base, dos modos de análisis filosóficos ya tratados y utilizados por la tradición filosófica: la analogía (método clásico, bastante utilizado en el tomismo y otras escuelas de la escolástica), y la dialéctica (ya se la entienda en su vertiente platónica o en su vertiente hegeliana/marxista).

A su vez, Dussel critica todo el pensamiento filosófico europeo, al cual considera esencialmente opresor. Dussel nos plantea el tema del desarrollo de la filosofía como un paso de períodos problemáticos a períodos de hegemonía. Los períodos problemáticos son épocas en las que la filosofía se expresa creativamente, y uno de estos tiempos creativos es, precisamente, el tiempo presente, a finales del siglo XX, cuando los pueblos oprimidos de la periferia se levantan contra sus antiguos colonizadores. Esta situación de estar y nacer en la periferia le ofrece a la filosofía una situación privilegiada con respecto al tipo de filosofía que se puede practicar en los centros hegemónicos de poder. Mientras que aquí la filosofía se convierte pronto en un instrumento de opresión, al servicio de la dominación del centro, en la periferia se convierte en instrumento de liberación. La filosofía de la periferia es, necesariamente, una filosofía de la liberación. La filosofía de los centros de poder no es otra cosa que una ontología que enuncia una mismidad: "El ser es, el no-ser no es", lo cual significa que todo lo que esté fuera de las fronteras del ser, carece de ser. Y esta frontera del ser coincide con las fronteras imperiales. 

"El ser llega hasta las fronteras de la helenicidad. Más allá, más allá del horizonte, está el no-ser, el bárbaro, Europa y Asia." (17) A lo que se refiere el autor es que al delimitar el ser, en el fondo la ontología delimita lo humano a aquello que se circunscribe a las fronteras de un grupo en particular, el grupo de los conquistadores. Quién está más allá de esas fronteras es visto como un bárbaro, como alguien que carece de ser y puede, por ello, ser esclavizado y asesinado. Esto es exactamente lo que ocurrió con la llegada de los conquistadores a las Américas. La primera pregunta filosófica que se hicieron estuvo marcada por la ontología: ¿son los indígenas hombres o no lo son?. La filosofía viene siempre ligada con la geopolítica, y es por eso que el libro se inicia con una sección que narra la historia de las relaciones entre centro y periferia a nivel mundial.

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