domingo, 26 de abril de 2009

Conversaciones en torno a la cuestión religiosa durante la II República española

Hablando con un amigo sobre este tema, me dice que El artículo 26 no crea las dos Españas. Pero las reproduce y les da definitiva carta de naturaleza. Las provisiones del artículo 26 de la Constitución republicana del 31 son antijurídicas, dice. Yo creo que algo de razón tiene en algunas cosas. Como que cuando la República llegó, traía una partido socialista organizado ya a 1931, que había participado en la Dictadura de Primo de Rivera. Tambien el viejo republicano Lerroux tenía una vieja organización y muchos seguidores. Azaña era una minoría, pero que gracias a su actuación en el gobierno provisional obtuvo un buen éxito. Las derechas, las cuales, no lo olvidemos, son las que habían dejado caer a Alfonso XIII, con el shock inicial, así como su falta de preparación democrática (Estaba acostubrada al candidato único, al pucherazo y al caciquismo) no se preparó para las elecciones constituyentes. Y una parte de la sociedad quedó excluida de la constitución. La Iglesia Católica estaba presente en todos los aspectos de la sociedad española. Ahora bien, La manera con que se trató este tema por parte de los republicanos de izquierda y los socialistas fue una imprudencia. A mi modo de ver, el hecho de que en las primeras Cortes Constituyentes la derecha estuviera infra-representada animó a la conjunción republicano-socialista a querer desarrollar una ley, en este caso la 26, demasiado deprisa, hasta el Presidente de la República amenazó con dimitir si se llevaba adelante. Mal comienzo éste, y Azaña lo sabía. Algunos podrán comentar que la mayoría del Parlamento, incluido el Partido Radical de Lerroux, apoyó la ley. Cierto, pero la medida era de tanto calado que su aplicación podía resultar “revolucionaria” para el momento. Las masas conservadoras del país, más de lo que las Cortes mostraban, no fue nada fácil aceptar aquello. A eso me refiero que Azaña sabía que estas acciones podían ser vistas por una parte de la sociedad española como muy radicales. La intención de dicha regulación la entiendo en un sentido democrático incontestable. Como sabéis opino que para ser libre en democracia no puede el Estado estar influido ni vinculado a una religión en concreto. Además opino que la religión es algo de la privacidad de cada persona, y no se tiene porque imponer hasta en la educación escolar. Pero también soy realista y pienso que fueron demasiado rápido y lejos, y era evidente que esto no iba a gustar a la Iglesia y sus seguidores que tenían todo el Poder hasta aquel entonces, en cierta manera fue una imprudencia. Fue una imprudencia política, visto lo que pasó. Ahora bien: Mi pregunta es la siguiente ¿cómo pensais que se hubiera podido diseñar un Estado aconfesional de una forma, llamémosle, "moderada"? y otra pregunta: ¿Es España a día de hoy un estado a-confesional de hecho? La respuesta es que NO
Las dos Españas se gestan cuando España adopta las verdades de Fe que se dictan en el Concilio de Trento, con la Contrareforma, y hacen quemar todos los libros del humanista Erasmo de Rotterdam y a quienes los leen y propagan. En especial el "elogio a la Estulticia" y "los silenos de Alcibíades". El erasmismo español es especialmente fuerte y de hecho, el Lazarillo de Tormes y El Quijote son obras erasmistas. El renacimiento español es frenado en seco, y la orden de los jesuitas, como caballeros de cristo, y la espada para imponer su doctrina, junto a las letras (las armas y las letras), la doctrina teológica. Su enfrentemiento posterior, teológico, con los Janseitas, por ejemplo, son muy arduos. No solo es una cuestión de Poder sino de Teología: la imposición de una doctrina, y no otra, en Roma. Erasmo ataca los ritos y costumbres y dice: "Monacatus no est pietas", si no se imita la vida en Cristo. Y erasmo critica duramente a los pontífices de Roma, porque hacen de todo menos imitar a Cristo. El "elogio a la estulticia", obra maestra del humanismo cristiano, en el fondo lo que hace es poner a parir a los Papas, Obispos y Jerarcas de Roma que moralmente no imitan a Cristo en sus costumbres. En España, repito, triunfa Erasmo en la Reforma, frente a los "protestantes". Y la orden de los Jesuitas se crea para frenar tal herejía. Carlos V, aún deja algo de libertad religiosa, hasta que lo ve conveniente. Con Felipe II no. Se impone el Barroco, los clarooscuros, y el poder de "las ordenes religiosas" y la vuelta al escolasticismo. Proscribiendo, otra vez, a los Nominalistas o a los Scotistas. Una muestra del porque la filosofía española queda parada en la escolástica. Y algunos intelectuales, como los Krausistas, regeneracionistas y la filosofía de Ortega, tratan de poneral en el mundo moderno. No lo crean. Era mucho pedir. Y modificar la doctrina de Santo Tomás era muy dificil de asumir para el clero culto español. La verdad es que todo es muy complejo. Pero creo que sobre estas cosas hay que debatir con calma y sosiego, para intentar de entender algo tan trágico como aquellos hechos luctuosos. No voy a esconder que mi postura es de la corriente de los erasmistas, de los Krausistas, de los regeneracionistas, de los liberales y, por último, de la izquierda democrática. Pero hay que analizar los hechos sin apasionamietos, y se que es dificil. Pero creo que convenimos que en el art. 26 se encuetran muchas de las claves de la tragedia. Si. Pero no fue Azaña el responsable del artículo. Creo que fue a última hora de la noche cuando salió a hablar. Necesitaba llegar a una acuerdo entre socialistas y radicales, y propuso una postura intermedia. Es cierto que la derecha católica, vamos la Iglesia, tenía una representación pequeña en las Cortes. Y que Lerroux tenía como objetivo último ser la derecha de las cortes. La CEDA se crea por la Acción católica y se organiza desde la Iglesia para entrar en política. Es una estrategia para "reformar" la constitución, cuyo artículado es tan sumamente lesivo para la Iglesia. Eliminaba todos y cada uno de los privilegios de la Iglesia. Azaña defendía la religión dentro del ámbito de lo privado. Y el anticlericalismo no fue cosa suya. Era una cosa muy latente en este país, solo hay que leer alguna novela de Blasco Ibañez o, por ejemplo, Nazarín o Misericordia, de Galdós, para darse cuenta que el debate venía de lejos. Si sumamos que a los terratenientes la reforma agraria les supone perdida de poder local (La tierra, ahora no se entiende bien, pero entones suponía no esta "debajo" de nadie. Al menos había un lgar donde sembrar los garbanzos, que ni a eso tenían derecho muchos) se puede ir hilando. Falta un tercer elemento. Pero bueno, el tema es el art. 26. El clericalismo y el anticlerialismo, creo que mucha a de las claves de la política española. Escribo lo de "reformar" entre comillas porque la Acción Católica, las derechas locales, o CEDA, lo que trata es de defender los derechos -privilegios- que antes tenía la Iglesia y que ahora quedan abortados. Cuando digo "reformar", digo eliminar. Y si hay que eliminar el regímen se elimina. La CEDA se constituye la estrategia política de la Igleisa para recobrar los privilegios (derechos) perdidos. Si este falla. Si este falla. ¿Cual sería el plan B? Y no nos damos cuenta de eso ahora, pero en aquellos días se oteaba en al ambiente. Atufaba. Quemaba, más bien. Las revoluciones de octubre de 1934 en Asturias, Cataluña, Madrid, momento donde se politiza todo y la espiral empieza a dar vueltas para tragarse todo en una vorágine sin sentido, por ejemplo, tienen mucho que ver con la entrada de la CEDA en el Gobierno que Alcalá Zamora da a Lerroux. Para todos los presente de aquellos años, creo, la CEDA representa, a las claras, ¿Como lo diría? la conjunción de cenáculos locales, como estrategia de la Iglesia, para destruir el regímen o la Constitución de 1931. Lo tenemos que tener presente: la Iglesia no admite ninguna de las maneras la Cosntitución de 1931. El debate, en prensa, La CEDA -derechas locales- en pueblos y en las Cortes, las homilias, son las estrategias adoptadas para desastibilizar el regímen. Y la gente no es tonta. Lo advierte. No se si en otros hilos se ha hablado sobre Lerroux y como, poco a poco, va siendo comido por la CEDA en el Gobierno. El objeto de la CEDA, repito, no es el Gobierno. La CEDA no quiere el gobierno. Quiere destruir el sistema. Porque sabe que ni siquiera con el gobierno, con el sistema electoral donde siempre necesitaría hacer coaliciones (¿Con los radicales?), no puede modificar el art. 26. Por eso todo el mundo se prepara para lo que es inevitable de antemano. Y a ver quien da "el golpe de mano". En el 34 se adelantan los obreros, que ya ven inevitable lo que se va a gestar si la CEDA, la Igleisa, consigue el Poder. Por eso Largo Caballero afirma que es el momento de la Revolución. O ellos o nosotros. Pero la CEDA sigue usando la estrategia política durante "el bienio negro", prefiere la política, salvo que sea inevitable lo que es inevitable. Y si es inevitable, habrá que justificarlo como sea. Aún, hoy día, se sige justificando. Podré estar equivocado, pero es razonable este argumento. Que las disposiciones del art. 26 son atijurídicas no lo entiendo bien, y así se lo espeté. En base a qué. ¿Al derecho Natural?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora sería anticonstitucional.
El problema de algunos, no solo en este país, es que no están dispuestos a perder un ápice de su poder. Y si lo pierden (vease latinoamérica)estarán dándote pol culo hasta que caigas.
Eso sí, si tu democráticamente les cuestionas entonces eres un rojo panfletario.
Así que solo veo una solución, y es meterlos en el crematorio, porque si no, no llegaremos a ningun lado nunca.
El Canuit