viernes, 2 de mayo de 2008

No es país para viejos: áridos recovecos de la existencia.


No hay manera más imbécil de tirar el dinero como pagar para ver una película doblada. Pues eso: me ha pasado a mí. Nunca clamaré tanto contra nada como contra esta nefasta costumbre a la que los pacatos censores del franquismo habituaron a la población haciendo doblar las películas. Esto tuvo importantes aspectos negativos que no voy a señalar ahora: pero más negativo aún es que, a sabiendas, vaya uno y cometa la tontería de pagar la entrada. Hace poco residía en una ciudad donde, al menos, muchos estrenos de películas satisfactorias se podían ver en V.O.S. Sin embargo ahora no me queda otra y si las quiero ver en pantalla grande me las debo tragar doblada. Creo que la solución está en los proyectores lumínicos para el salón de la casa, en una nueva cinefilia del DVD y de home cinema. Digo todo esto porque hube de ver “No es país para viejos” de los hermanos Coen, en versión doblada y no fue, tan solo, el dinero lo que más me fastidió, sino, más bien, lo de no poder disfrutar de una buena película, como a mi me pareció que es ésta, en toda su integridad. La sensación y emociones que se sienten por primera vez al ver una película son para un cinéfilo importantísimas: pues parte de esas sensaciones las perdía al ver la película doblada. Pero en fin, el error lo cometí yo y nadie más. “No es país para viejos” supone una un film árido, rodado en un paisaje árido, telúrico, como es el alma de muchos humanos, sino de la humanidad toda. Soy un nihilista, que le voy a hacer, desde que un trio de personajes decidieron invadir Irak y por algún que otro motivo más que no viene a cuento. El desierto en esta película, una vez más, cobra protagonismo metafórico es un personaje brutal: Anton Chigurh. La película destila cierto clasicismo que la versión doblada no me permitió destilar, aunque no del todo se podría calificar así, sino cierto aire “indie” o “sundance”. Aunque eso no es lo que me importa. Lo que me importa es la aridez moral del personaje interpretado por Javier Bardem que no es secundario, si no principal, que interpreta. Personaje que puede ser extrapolable a la sociedad toda, al orden mundial y a la sociedad americana en particular: la inmoralidad total en la que consiste el asesinato de otra persona. El papel del Sheriff, interpretado por Tommy Lee Jones, se convierte ya no solo en un personaje crepuscular, sino en una verdad insoslayable: los viejos sheriff del Far West nada pueden hacer en un mundo poblado de psicópatas. Y es que Antón Chigurh no es un psicópata al uso: es una oscura rémora de lo que se cuece en el mundo y de los mandamases que tratan de dirigirlo, desvirtuando los viejos valores de los viejos vaqueros. No es de extrañar, como nos señala uno de los personajes, que por aquellos lugares desérticos ocurriera el famoso duelo de O.k. Corral entre Earp y los Clanton: lo viejos héroes han desaparecido y es el lugar de la nada, de la violencia. Efectivamente, No es un país para viejos: sino un país para locos. Y el país es el mundo todo. De una manera sucinta, destaco dos momentos en Off: El resultado del enfrentamiento entre Chigurh y Brolin y, dejándonos en ascuas, aunque prediciendo la conducta amoral del asesino, tras el encuentro entre éste y la esposa de Brolin.

2 comentarios:

Ginebra dijo...

Resulta que en mi ausencia has escrito mucho... yo sin leerte. Es cierto es buena película, todas las de los Coen me gustan , ésta es una de las que menos y puede que se deba al doblaje, es pésimo!!!!.
Recuerdo una película que siendo buenísima me pareció insoportable por su doblaje: "El Resplandor", ¿a quién se le ocurre dar el doblaje del papel protagonista femenino a Verónica Forqué en un Trhiller???? para matarlos!!!!

Jake dijo...

Desde luego fue lo más terrorífico de la pelicula: !La voz doblada de Torrance (Nicholson)! Insoportable: ya te digo, me acostumbré a ver las peliculas subtituladas en un cine de mi vieja y vetusta ciudad ribereña al Henares y llegué a descubrir porqué algunas películas son obras maestras que el la versión doblada no terminas de apreciar. Por ejemplo, el "aventurero de Medianoche" de Eastwood; aunque en general casi todo el cine de Eastwood cambia como de la noche al día. la cadencia y planificación de su cine se hace más visible con las voces originales, no se porqué.